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10 may 2016

DECRETAR: Griego Parangello DECLARAR: Gr Homologueo

Algunos dicen "No se debe declarar ni decretar solo ruegue y pida a Dios", Pedir y Rogar es una forma de orar pero declarar y decretar es otra y también bíblica, déjeme le muestro que  PABLO en las escrituras decretó contra el espíritu de Pitón (Adivinación):


HECHOS 16:16-18 "16 Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. 18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora."

Pablo dice "TE MANDO" en Gr. PARANGELLO que significa ORDENAR, MANDAR , DECRETAR!!!

Declarar y Decretar en oración, es bíblico, pero no son lo mismo, ha habido algunos abusos en cuanto a esto y provocado una reacción que pone la doctrina de la soberanía de Dios sobre la doctrina de la autoridad del creyente, y una negación de esta forma de orar, sin embargo tanto la soberanía de Dios como la autoridad del creyente van de la mano (leer Efesios capítulos 1-3), Dios es soberano, pero en su soberanía dio autoridad a los creyentes para ejecutar y proclamar su Palabra, echar fuera demonios, sanar enfermos, orar, interceder, proclamar el evangelio, ETC. (Mateo 10)

Hay una forma de orar en la que dejamos a Dios que cumpla su voluntad cuando esta no la conocemos (Padre si es tu voluntad...), y hay otra en la que Dios nos revela en su palabra cual es su voluntad y esta debemos establecerla en oración y en nuestro actuar, y para ello nos dejó su autoridad en el nombre de Jesús.

Decretar (Gr. Parangello) significa emitir un juicio de autoridad o bien una sentencia basada en algo que Dios ha establecido en la Palabra y tiene que ver con sus decretos sobre su creación y su reino.

No se puede decretar nada aparte de la Palabra de Dios, pues es en ella donde radica la fuente de nuestra autoridad y es el decreto mismo a establecer, sea que digas "decreto" o no lo digas en oración cuando dices "EN EL NOMBRE DE JESÚS" y citas un texto para que este se lleve a cabo, estás decretando se cumpla algo que Dios ha establecido.

Al decir "En el nombre de Jesús esta casa ordeno quede libre de toda influencia del diablo" estás en ese momento lanzando una orden o decreto basada en la autoridad para hollar serpientes y escorpiones (Lucas 10:19 ,echar fuera demonios) dada a todo creyente, ese decreto ES DE DIOS y tu estas dando una orden de fe para que se establezca el mismo en tu esfera de vida, Dios lo ha dispuesto en su Palabra, tu en el nombre de JESÚS estás ejecutándolo a través de la oración de mando, ordenando que suceda. La base bíblica para esto se encuentra en Marcos capítulo 11 sobre la fe, en Mateo 16 y en Efesios cuando habla de la autoridad dada en el nombre de Jesús a la iglesia .

En cambio DECLARAR, se refiere al acto de confesar, o decir una misma cosa (Gr. Homologueo), es proclamar o anunciar lo que la Palabra dice o promete, desde el momento que alguien dice algo esta declarando, si decimos "Gracias Dios por tu bondad", estas DECLARANDO su bondad, "Gracias Dios que tu sanas a mis padres", estás declarando sanidad con acción de gracias, puedes decir YO DECLARO esto y otro o bien no decir que declaras, pero el simple hecho que pronuncies algo que Dios promete lo estás declarando, o bien cuando a alguien le compartes el evangelio, aunque no es en un contexto de oración, estas declarándolo, en cuanto a la oración, fue una declaración de fe por la que haz nacido de nuevo según Romanos 10, tu declaraste que Jesús era el Señor de tu vida y eso te trajo a la familia de la fe por su gracia.

No tema a aquellos que le dicen que no decrete ni declare, el diablo les ha engañado, usted declare y decrete lo que la Palabra dice.

Declaras y recibes, sin ir a Africa. (Contestando un meme cesasionista)

No necesito ir a África a declarar la PALABRA (Mr. 11:23) y decirle a las montañas que se muevan, lo he hecho en mi casa, en mi familia en mi barrio y tengo docenas de testimonios de que cuando declaramos la Palabra de Dios y actuamos en ella EN FE Dios obra en favor nuestro y se obtienen resultados.

 Por ejemplo recuerdo cuando fui con un misionero a Miquihuana Tamaulipas, con un hombre poderoso de Dios, fuimos a este poblado en una zona pobre y desértica del Estado donde llevan agua y comida en programas de gobierno porque no hay ni que comer a veces y decretó contra aquel tumor visible en el estómago de un inconverso que se deshiciera en el nombre de Jesús y así sucedió ante nuestros ojos y los de su familia el hombre se convirtió arrepentido (toda la gloria a Jesucristo). Una de las familias que vieron el prodigio se convirtieron también ellos tenían una parcela seca por falta de lluvias, ¿Sabe que hicieron?, DECLARARON la bendición de Dios sobre su parcela y le decretaron a las nubes que lloviera en la autoridad del nombre de Jesús y así fue, tan patente y tangible fue aquel milagro que solo llovió dentro del cerca de su terreno.

 Por favor no use su incrédula suposición de que en los lugares donde se necesita se declara y "no pasa nada", pues doy testimonio que si, CUANDO ES EN FE y se basa en lo que Dios dice su Palabra, declarar da resultados ya que se hace acorde a la voluntad de Dios! ¿En serio cree que el argumento de su ridículo meme "vete al África y allá declara y decreta" va a funcionar conmigo? ¿Cree que hará que yo deje de declarar y decretar la Palabra de Dios?, a lo mejor funciona con otra gente allá en su país cómodo donde tienen llenas las iglesias de un evangelio incompleto, sin milagros, ni sanidades, ni prodigios, ni la demostración del poder de Dios que sigue su Palabra porque no la predican no salen del molino de cinco doctrinas muertas que no salvan, ni liberan ni sanan a nadie, quizás allá donde tienen un super sistema de seguro social y excelentes médicos, donde no hay que pedirle nada a Dios ni necesario declarar sus promesas, se sienten autosuficientes y por eso la fe en la PALABRA DE DIOS, les vale un cacahuate, por ende no confiesan, ni declaran, ni decretan, pero acá, donde tenemos una tremenda necesidad como nación del poder de Dios que obra resultados, nos aferramos a la BIBLIA, la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo, por ello si confesamos, declaramos y decretamos la Palabra y recibimos sus bendiciones, además que la misma nos manda hacerlo (Josué 1:8).

 Llámele como quiera, la biblia dice "Teniendo el mismo espíritu de Fe, creí por lo cual hablé", por eso declaramos, Jesús mismo nos manda hablarle a la montaña, si ud. quiere seguir con la religión fatalista del "que será será, whatever will be" y no se atreve a declarar la Palabra de Dios es su problema, no espere ver a Dios actuar a su favor, a lo mejor lo hace en su misericordia ante una persona que habla pecando de ignorancia pero no porque ud. tenga una pizca de fe para recibir sus promesas aquí y ahora, fue Dios el que le dijo a Moisés EXTIENDE TU BRAZO y la biblia dice que fue por la FE que Moisés caminó sobre tierra seca (Hebreos 11:29) y creo rotundamente por fe que si obedecemos la Palabra obtendremos sus resultados aquí y ahora, ud puede seguir con su religión de incredulidad yo seguiré confesando, declarando y decretando LO QUE DIOS DICE EN SU PALABRA, al menos eso me ha dado tremendos resultados, estar sentadito hojeando solo la biblia sin creer, confesar y actuar en ella teniendo solo teología en la cabeza y no una vivencia con la Palabra de Dios es lo que tenían los fariseos y saduceos, ¿Eso de que sirve? no salva al incredulo, no sana al enfermo, no libera al atado, no restaura familias ni matrimonios, exclúyame de semejante religión de sepulcros blanqueados por favor.

 Arturo Perales.

Declarar no es olvidarnos de Dios

Dice un pastor famoso por ahí de los que siguen el "soberanismo" o doctrina del "que será será": “Si tú declaras, dices, estableces, decretas y todo se hace conforme a lo que tú dices, entonces, ¿para qué quieres a Dios?"

Lo anterior es una falacia de hombre de paja, es decir no combate un error verdadero sino uno creado en su propia mente malinterpretando lo que creemos sobre la confesión bíblica. Este pastor aun no ha entendido que no se declara y decreta "conforme a lo que yo digo" o conforme a los deseos caprichosos de cualquiera, sino CONFORME A LA PALABRA ESCRITA DE DIOS en completa dependencia de ÉL. Lamentablemente este pastor está arrancando el trigo con la cizaña asumiendo falsamente que uno declara "lo que uno quiere" cuando lo que se declara es LA VOLUNTAD DE DIOS manifestada en LA PALABRA.

Si les da problema declarar y confesar la Palabra de Dios enójense con el profeta Abraham,

Hebreos 11 dice:

12 Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar. 13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.

Abraham durante su vida declaró que era BENDECIDO, saludó las promesas de Dios, confesó que era peregrino y extranjero y NOSOTROS somos los receptores de todas sus confesiones, declaraciones y decretos, mejor en lugar de decir tonterías sobre un tema que evidentemente no manejan, siéntense a leer y estudiar la biblia y dejen de asumir cosas que no son, estudien lo que la BIBLIA dice sobre la confesión, y crean lo que ahí dice al respecto.

Bendiciones.

27 sept 2013

Fe como un Grano de Mostaza


De cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. 
Mateo 17:20

28 abr 2013

La Profesión o Confesión de la Fe: HOMOLOGEO


Es un hecho que la biblia en 1 de Timoteo 6:11-13 nos habla de PELEAR la buena batalla de la fe manteniendo nuestra PROFESION, que tambien se traduce CONFESION de acuerdo a estos lexicos:

http://www.bibletools.org/index.cfm/fuseaction/Lexicon.show/ID/G3670/homologeo.htm

Significa declarar algo, reconocer, hablar abiertamente, alabar, celebrar, por lo tanto es totalmente BIBLICO en la oración CONFESAR las escrituras EN FE, nuestra declaración de las escrituras en la oración es una forma de alabanza que manifiesta nuestra fe y confianza en el CREADOR, esto NADA tiene que ver con la mal llamada confesión positiva o afirmación positiva enseñada por grupos de la nueva era o nuevo pensamiento, pues la gran diferencia es que no confesamos para que nuestra mente cambie algo, sino que confesamos creyendo que DIOS ya nos ha otorgado algo, y el mejor ejemplo en el uso es la CONFESION del Señorío de Cristo en nuestra vida, la confesión de las doctrinas bíblicas que creemos como cristianos, la confesión de las promesas y hechos que Dios nos ha otorgado en el evangelio, mediante la oración.

Por ello concuerdo que el primer acto de fe comienza en nuestros labios, cuando hablamos y oramos, aquello que declaramos demuestra aquello que creemos y ya es una convicción en nuestra vida, sobre esto la biblia dice:

Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve

26 ago 2011

¿Jesús sana a la gente con nuestra fe?

¿Jesús sana a la gente con nuestra fe?
Refutando los mitos de la sanidad por fe.

Por Larry Keefauver
Traducción: Arturo Perales




Algunos creyentes se enfocan exclusivamente en la fe como clave para su sanidad. Pero Jesús sanó a muchos que aparentemente no tenían fe. Algunos fueron sanados porque sus amigos eran los que tenían fe. Otros se encontraban atados por espíritus de demonios y fueron sanados por un exorcismo, inclusive contra su voluntad.

La verdad es que Dios sana. El primer mito es que Dios sane siempre por iniciativa de nuestra fe.
El maestro de fe Frederick K.C. Price ha declarado que: "El séptimo método para recibir sanidad--[que] yo creo es la clase más alta de fe—es la forma más alta de recibir sanidad...si crees lo recibes, confiesas que: Bendito Dios, yo creo que soy sanado, yo creo que he recibido mi sanidad... yo creo que esto es así. Yo creo que puedo caminar en salud divina todos los días de mi vida.' Estás leyendo sobre un hombre que nunca se enfermará y no estoy siendo presuntuoso."

Aquí vemos que el mito está mezclado con la verdad. La clase más alta de fe es, "Yo creo en Jesús," no solamente, "yo creo."

Es verdad que la fe debiera ser nuestra iniciativa. Pero aun nuestra iniciativa viene por el impulse del Espíritu Santo: "Nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo." (1 Cor. 12:3). Nuestra fe nos ayuda a recibir la sanidad, así como la falta de fe estorba la sanidad. Pero la sanidad no depende de la fe. La sanidad depende del Sanador.

La sanidad es la voluntad de Dios. El evangelista canadiense Peter Youngren escribió: "Jesús claramente nos muestra la voluntad de Dios en la sanidad... la Palabra de Dios declara que las le siguió mucha gente, y sanaba a todos,' (Matt. 12:15). Cuando Jesús sanaba a todos, obviamente estaba haciendo la voluntad del Padre, porque “Solo hacía lo que el Padre quería que hiciera."

Youngren añade: "Por eso puedes venir con valor pidiendo a Dios por sanidad. Dios está de tu parte. El quiere lo mejor para ti. El es bueno"

Así que, si Dios quiere, entonces ¿Puede tu fe mover Su mano para sanarte? En las palabras del comercial de renta de autos Hertz: "¡No exactamente!"

Tu fe lo mueve para salvarte (ve Rom. 10:9-13; Ef. 2:8). Y en tu salvación está tu sanidad: "para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias" (Mat. 8:17; Is. 53:4-6).

Pero tu fe no afecta tu sanidad ahora. Cuando serás sanado descansa enteramente en los propósitos soberanos del Sanador.

Considera este ejemplo bíblico. En Juan 5 Jesús sanó un paralítico en el estanque de Betesda aunque una multitud abarrotaba ese lugar diariamente para ser sanados. ¿Por qué fue sanado un hombre en ese momento mientras que otros no lo fueron?

Juan 5:19 da la respuesta cuando Jesús confesó, "De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente..'"

El erudito bíblico Jack Deere correctamente observa que la iniciativa para lo milagroso en el ministerio de Jesús no comenzaba en él sino con el Padre. "El sanó solo las personas que vio a su Padre sanar," Deere escribe. "La única razón firme para la sanidad del paralítico que podemos obtener del contexto de Juan 5 es porque fue la voluntad del Padre, and y Jesús ejecutó la voluntad de su Padre ... Estamos el ultimo enfrentándonos a la conclusión que a veces el Señor obra Milagros de su propios propósitos soberanos sin dar ninguna explicación por sus acciones a sus seguidores."

El segundo mito acerca de la sanidad es que si permaneces en fe, serás físicamente sanado en el tiempo y el espacio. Kennneth y Gloria Copeland han declarado que la sanidad vendrá si tenemos fe en nuestros corazones y la Palabra de dios en nuestras bocas. Pero, añaden: "Puede tomar un tiempo que se manifieste en tu cuerpo. Así que permanece firme en la fe, dando gracias a Dios hasta que eso suceda. Enfócate en la Palabra de Dios, no en los síntomas físicos."
¿En que debeos "permanecer firmes"? La "roca" sobre la que estamos parados no es la fe o la sanidad sino solo Cristo—el Sanador. En Hebreos 10:23 somos amonestados a permanecer en la profesión de nuestra fe. ¿Pero en que es nuestra profesión de fe? Ciertamente, no no debe ser en la la fe o en la sanidad.

Tenga cuidado que su fe no esté en la fe misma--o, peor aún, ¡en un maestro de fe! Simplemente creer esforzándose lo suficiente, durante el tiempo suficiente o con la fuerza suficiente no te fortalecerá ni impulsará tu sanidad. Hacer gimnasia mental parta "agarrarte de tu milagro" no causará que se manifieste la sanidad ahora.

¿Entonces qué es la fe? Es más que creer en tu corazón que Dios sana. La verdad es que Dios, es el Dios que sana. La fe es confiar en el Dios que sana. La fe es una rendición radical, y absoluta al Dios que sana. La fe no es agarrarte de tu sanidad sino agarrarte de Dios que puede hacer lo imposible.

La verdad es que tu sanidad puede manifestarse hasta la eternidad y no en el tiempo. Si tu confianza está en Dios que sana, entonces el cuando él te sane es secundario a pertenecer al Sanador. Ciertamente le agradecerás si te sana hoy. Pero si tu sanidad viniese más allá de la muerte en la eternidad, ¿Le alabarás ahora por ello?.

Pablo hizo eso: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano." (1 Cor. 15:55-58).

El tercer mito acerca de la sanidad es que si solo confiesas tu sanidad, serás sanado ahora mismo. Pero Debieras confesar al Sanador, no tu sanidad.

En su libro de éxito en ventas, La Cura Bíblica, el Dr. Reginald B. Cherry nos anima a "hablarle a la montaña" de nuestra enfermedad cuando oramos. Eso es importante en la oración. Pero orarlo y decirlo no hará que se manifieste tu sanidad física ahora.

La confesión positiva no afecta la sanidad. Si eso fuera cierto, cualquiera que creyese en ejercicios de mente-sobre-materia podría sanar gente. Solo Jesús sana.

Nuestra confesión debiera estar en él, no en ser sanados ahora. Jesús advirtió severamente: " A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos. " (Matt. 10:32-33).

Es tiempo que desechemos las mentiras que nublan la verdad sobre la fe y la sanidad. Es tiempo de abrazar las verdades escriturales que quebranta mitos sin profundidad y nos traen libertad para vivir confiadamente en Dios.

11 sept 2010

LA CONFESION BIBLICA

No porque algunos hayan distorcionado y abusando de la doctrina de la CONFESION BIBLICA quiere decir que esta sea falsa.

Algunos hermanos dicen "declarar no es biblico", y la verdad es que es DEPENDE; declarar LAS ESCRITURAS si es muy bíblico, hacerlo en un acto de CONFIANZA a Dios es algo que los mismos apostoles hicieron, por ejemplo en

HECHOS 4:

23 Al ser puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho.24 Ellos, al oírlo, alzaron unánimes la voz a Dios y dijeron: «Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;[l]25 que por boca de David tu siervo dijiste:[m]»"¿Por qué se amotinan las gentesy los pueblos piensan cosas vanas?26 Se reunieron los reyes de la tierray los príncipes se juntaron en unocontra el Señor y contra su Cristo".[n]27 »Y verdaderamente se unieron en esta ciudad Herodes[o] y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, contra tu santo Hijo[p] Jesús, a quien ungiste,28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos que con toda valentía hablen tu palabra,30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades, señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús».

Como podemos ver los apostoles estaban DECLARANDO lo que el SALMO 2 dice, es totalmente correcto DECLARAR la Palabra de DIOS poniendo nuestra FE en ella como parte de la oración.

La confesión tiene tres aspectos en las escrituras, uno es la confesión de pecados, otro la confesión del SEÑORIO de JESUCRISTO como parte de la fe salvadora, y otro más LA CONFESION de la palabra y las promesas de Dios, yo puedo confesar las ESCRITURAS creyendo que estas se cumplirán en mi vida, pero lo que NO ES BIBLICO es confesar o declarar por declarar cualquier cosa, debemos declarar aquello que SABEMOS es la voluntad de Dios revelada en la Palabra de Dios.

HEBREOS 10:22-23:

"acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió;"

Vemos que habla de PLENA CERTIDUMBRE DE FE y de mantener FIRME LA PROFESION DE NUESTRA ESPERANZA, la palabra PROFESION significa CONFESION en Griego es la misma usada en Romanos 10:9-10 sobre la CONFESION del señorío de Jesucristo y también sobre la confesión de pecados.

La confesión de la PALABRA de Dios debe ser parte de nuestra meditación bíblica, es una pena que por culpa de distorciones metafísicas del movimiento de superfe muchos rechacen lo que la biblia tiene que decir de esta doctrina.

No se trata de "confesar un carro" o "una casa" o lo que nuestra mente carnal se le antoje, se TRATA de confesar la VOLUNTAD DE DIOS REVELADA en las escrituras sobre nuestra vida a fin de que nuestra mente se renueve.

24 ene 2010

20 sept 2008

El Castigo de Dios: III - Jesús es el autor de la FE

Recomendamos leer las entradas anteriores primero:

El Castigo de Dios: I - El Conocimiento de la Verdad

El Castigo de Dios: II - Fe agrada a Dios.

Jesús es el autor de la FE

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
(Hebreos 12:1-2 RV60)

Esto nos dice que Jesús es el autor de tu fe. También es el consumador de la fe es decir quien la lleva a buen término, Jesús es la PALABRA:

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
(Juan 1:1-3,14 RV60)

Si Jesús es el autor de la fe, entonces LA PALABRA DE DIOS es la autora de la FE.

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
(Romanos 10:17 RV60)

La fe comienza escuchando la Palabra de Dios, pero si no escuchas la Palabra fe no surgirá en tu corazón, por ello el apóstol Pablo dice:

Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
(Romanos 12:3 RV60)

Note que no dice "una medida" sino "la medida".

¿Sabías que la fe se puede medir? La Palabra de Dios está llena de fe, por ello la fe viene por el oír la Palabra de Dios. Por ello la única forma de medir la cantidad de fe en ti, es midiendo la cantidad de PALABRA que hay en ti. Cuando alguien habla contrario a lo que la Palabra de Dios dice nos demuestra que hay una falta de la PALABRA en esa persona.

Por otro lado te puedes desarrollar en la FE en un área de la palabra, por decir sanidad, y en otra ser completamente ignorante y lleno de duda, por ejemplo el área financiera, si te enseñaron que la prosperidad no es algo que viene de Dios, que es algo que está mal, pues no tendrás nada de fe en esa área. Luego tendrás problemas Y ACUSARAS a Dios por ellos, cuando no es Dios quien te los causa, ES TU FALTA DE FE por tu ignorancia sobre el tema.

La Palabra de Dios es el principio de la FE para las promesas de Dios, cree lo que dice la Palabra y actúa en ello y las recibirás cada vez que creas por ellas. Nuestra mente debe ser renovada por la palabra de Dios, al creer las tradiciones de los hombres estas hacen que las promesas de Dios no tengan efecto en nuestras vidas. La Fe para creer las promesas viene por el oír la Palabra de Dios.

14 sept 2008

El Castigo de Dios: II - Fe agrada a Dios.

Fe agrada a Dios

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
(Hebreos 11:6 RV60)

La palabra de Dios dice que sin fe es imposible agradar a Dios, esto es así porque Dios es un Dios de FE, todo lo que Dios nos ha dado, lo ha otorgado a través de la avenida de la FE.

El Apóstol Pablo lo puso de esta manera: Por la fe tenemos acceso a la gracia de Dios (Rom. 5:2) No hay otro camino, no hay otra forma de acceder a la gracia de Dios, solo podemos hacerlo por la FE.

La Ley de la FE

La fe es una Ley (Rom. 3:27). Bajo el antiguo pacto fue dada lo que conocemos por LA LEY, en ese entonces la gente tenía una justificación limitada. Era otorgada por una ley de obras. Pero en el nuevo pacto la Justicia viene por la Ley de la FE. La ley de la FE es la LEY DEL NUEVO PACTO.

Dice Pablo en Romanos 3:31

¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.
(Romanos 3:31 RV60)

La Ley a la que se refiere es la ley del nuevo pacto o LEY DE LA FE.

La Palabra dice que sin Fe es imposible agradar a Dios. Que debemos creer que es galardonador de aquellos que le buscan diligentemente (Heb. 11:6). No es suficiente creer que Dios existe . Debemos también creer que él es galardonador de aquellos que le buscan con diligencia. Dios no es alguien que se dedique a causar problemas, él es un galardonador. El no es alguien que "te quite". El no es el que te causa los problemas de la vida. Dios no es causa problemas.

Hay una corriente de pensamiento en ciertos círculos religiosos que dicen que las pruebas, las tribulaciones, todos los problemas de la vida, son diseñados por Dios mismo para hacerte más fuerte. Alguien por ahí dijo "Dios dirigió a los hijos de Israel al desierto por cuarenta años para perfeccionarlos". Debieras meditar más cuidadosamente sobre la experiencia del desierto. No era la voluntad de Dios originalmente que el pueblo de Israel pasara cuarenta años en el desierto. SU desobediencia fue la que causó que permaneciera ahí cuarenta años.

Algunos dicen que las pruebas son lo que hacen que tu fe crezca y se fortalezca. Hazte la pregunta ¿Se hicieron los israelitas más fuertes? ¿su fe aumentó?. No, no los hizo más fuertes, en realidad LOS MATÓ. Y esta experiencia puede matarte si permaneces el suficiente tiempo en ella.

Por ello debemos comprender que Dios es el GALARDONADOR de los que le buscan, no el destructor.

Los hijos de Israel pasaron cuarenta años en el desierto por causa de su desobediencia. La Biblia nos dice que ellos no mezclaron fe con la Palabra de Dios. Dios les dijo "Te he dado la tierra. Te pertenece, ve y poseela". Pero no mezclaron fe con lo que oyeron.

Porque también á nosotros se nos ha evangelizado como á ellos; mas no les aprovechó el oir la palabra á los que la oyeron sin mezclar fe.
(Hebreos 4:2 SRV)

Debemos siempre mezclar fe con la Palabra de Dios. Es nuestra responsabilidad CREER que EL es GALARDONADOR de los que le buscan. DIOS es un DIOS BUENO.

Dios está de nuestro lado. Sin embargo millones de personas no saben esto, a través de tradiciones religiosas e ideas preconcebidas, muchos han decidido que Dios es un anciano de cabello gris con barba larga y un gran báculo. y que si en algún momento te equivocas, va a golpearte a tirarte y poner su pie sobre ti. Ahora no lo dicen así, pero al acusar a Dios de hacer males a la gente porque "tiene un propósito misterioso", es como si dijeran lo mismo.

Entrada siguiente:

El Castigo de Dios: III - Jesús es el autor de la FE

13 sept 2008

El Castigo de Dios: I - El Conocimiento de la Verdad

El Castigo de Dios


I.- El Conocimiento de la Verdad

En esta serie quiero compartirte algunas claves sobre como trazar bien la Palabra de verdad.

Existen algunos versículos que son malinterpretados y generan tradiciones no bíblicas que se han convertido en vacas sagradas en la Iglesia cristiana.

Hay cristianos que adoran la letra de la Biblia, pero no adoran al Dios de la Biblia, ni la PALABRA de Dios, sacan textos fuera de contexto y se crean pretextos para justificarse a si mismos en sus fracasos como Cristianos.

Mucha gente habla sobre el castigo de Dios. ¿Qué nos dice la Biblia al respecto?

Algunos no leen la Biblia por si mismos y creen lo que otros les han contado que dice. Es necesario ir a la Biblia y compararla con la Biblia misma para poder sacar el significado de algún texto.

A través del profeta Oseas, Dios dijo:

"Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento" (Oseas 4:6)

No dice que el pueblo de Dios es destruido por culpa del diablo, ni siquiera dice que fueron destruidos por Dios, dice que la falta de conocimiento es lo que los destruyó.

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
(Juan 8:31-32)

Nota que la verdad por si sola no te hace libre, pero debes tener el conocimiento de la verdad. Tu fe no puede ir más allá de tu conocimiento, debe conocer la verdad para que te pueda hacer libre, ahora no solo conociéndola, sino actuando en ella es lo que te libera.

Continuaremos con más de esto en la siguiente entrada.

10 sept 2008

Sobre Cash Luna

EDITADO****

No estamos compartiendo más los materiales de Cash Luna sin embargo si aun están interesados pueden hallarlos en el canal de: elmersonxp

Cash Luna - Hay más adentro

6 sept 2008

Devocionales Cristianos: Myles Munroe - Tener y no Tener

EDITADO MAYO 2010***

Ya no estaremos publicando materiales de Myles Munroe, sin embargo si aun buscan sus materiales hay mucho publicado en http://www.devocionalescristianos.org 

Disculpe las inconveniencias.

3 sept 2008

Jesucristo el Sanador - T.L. Osborn

JESUCRISTO EL SANADOR


Sermón predicado por El Evangelista T.L. Osborn en el Estadio `Las Casas "San Juan, Puerto Rico.
(Tomado Taquigráficamente) y posteriormente publicado en "Jesucristo el Sanador" Ed. CLC.
Buenas noches a todos. Estamos de nuevo aquí esta noche para declarar las promesas de Dios y para esforzarnos en ayudar a aquellos de vosotros que creéis en estas promesas que están manifestadas en la Biblia. La Biblia es un registro de las promesas de Dios para el hombre y de las condiciones bajo las cuales El ha de cumplirlas. Amo la Biblia. Amo el Plan de Dios.
Predicando ... Sanando
En Mateo 4:23-24, la Biblia dice esto: "Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y PREDICANDO el evangelio del reino, y SANANDO toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los sanó".
Jesús siempre predicaba y enseñaba, predicaba y enseñaba, predicaba y enseñaba, y luego sanaba a sus enfermos. Pero siempre predicaba primero. Eso es lo que yo estoy haciendo en esta noche.
Alguna gente tiene la idea que Jesús meramente sanaba a cualquier persona que estuviera enferma dondequiera que la encontrara. El sanaba a aquellos que le seguían y creían sus palabras. Y aún sana El a aquellos que le siguen y creen Su Palabra.
El predicó y enseñó en la sinagoga, entonces sanó a los enfermos y a los poseídos de demonios. El no ha cambiado.
Repetidamente la Biblia dice que grandes multitudes seguían a Jesús y El tenía compasión de ellos y sanaba a sus enfermos. Todavía El lo hace.
Precisamente anoche, aquí mismo en el auditorio, tres enfermos mentales fueron completamente restablecidos por el poder de Dios. Creo que si cien lunáticos fueran traídos a la campaña, Dios desearía sanar a cada uno de ellos. Si mil pacientes de cáncer fueran traídos a las reuniones, Dios sanaría a cada uno de ellos si pudiera obtener la cooperación apropiada.
Busquen el capítulo ocho (8) de San Mateo. Deseo que ustedes vean todo lo que este capítulo dice sobre sanidad solamente. Noten en cuantos sitios diferentes vemos a Jesús, y en cada lugar que le vemos está bendiciendo y sanando a los enfermos. El no ha cambiado.
Sanando en Todas Partes
Versículo 1: "Y como descendió del monte, le seguía mucha gente. Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme". Y Jesús sanó al leproso.
Versículo 5: "Y entrando Jesús en Capernaum, vino a El un centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado". Y Jesús sanó a su siervo.
Versículo 14: "Y vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre. Y tocó su mano, y la fiebre la dejó".
Versículo 16: "Y cuando llegó la noche, trajeron a El muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos".
Versículo 28: "Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino". Y Jesús echó fuera los demonios y los hombres recobraron su normalidad.
Capítulo 9:1: "Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad. Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama"; Y Jesús sanó al hombre completamente.
Versículo 18: "Mientras El les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante El, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. Y se levantó Jesús, y le siguió" yendo hacia su casa para sanar la niña.
Versículo 20: "Y mientras iba a sanar a la niña, he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto"; y Jesús la sanó.
Versículo 27: Pasando Jesús de allí, (de la casa en donde había resucitado a la niña muerta), le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!". Y Jesús tocó sus ojos y fueron sanados.
Versículo 32: —mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado", y Jesús libertó al hombre.
Versículo 35: "Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo".
En todas partes, Jesús estaba predicando el evangelio y sanando los enfermos. Donde quiera que usted ve a Jesús, está sanando a los enfermos. Siempre predicando. Siempre sanando.
El resultado fue, que en todo lugar donde la gente oyó que El estaba, "recorriendo toda la tierra de alrededor, comenzaron a traer de todas partes enfermos en lechos a donde oían que estaba, y a dondequiera que entraba, en aldeas, o ciudades, o heredades, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que tocasen siquiera el borde de su vestido; y todos los que le tocaban quedaban sanos" (Mr. 6:55-56).
Mateo 12:9: "Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos. Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano"; y Jesús le ordenó extenderla y ser sanado.
Versículo 14: "Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle", pero mientras estaban conspirando para matarle, "Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos".
Marcos 7:24: "Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa", una mujer que tenía una hija poseída de demonios, le hizo presión hasta que sanó a su hija.
El Sanador Inmutable
En todas partes que vemos al Maestro, El estaba siempre sanando a los enfermos, ya en las calles o en los mercados; ya en las riberas del mar o en las sinagogas; ya en el campo o en las ciudades y aldeas; por todas partes estaba El sanando los enfermos. Su gran compasión y amor por los enfermos nunca le permitiría pasar por alto el clamor del necesitado. Y la Biblia claramente declara: "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos", (Hebreos 13:8).
Si Cristo Viniera a Esta Ciudad
Jesús sanó siempre a los enfermos. Si El, en persona, estuviera aquí hoy, ¿qué cree usted que El haría? Sanaría a los enfermos.
Si Cristo viniera a esta gran ciudad para conducir
una campaña, ¿ignoraría los lamentos de aquellos que sufren por causa de enfermedad? ¡No! Sanaría a los enfermos.
Y nosotros somos sus representantes. Se sapone que actuemos como El lo hizo. Como un ministro del Evangelio y como un discípulo de Cristo, soy responsable de ministrar a los enfermos. Esa no es necesariamente mi elección, pero es mi responsabilidad.
No tenemos derecho a decir: "Me siento particularmente atraído a esta fase del ministerio". Si predicamos el Evangelio, somos responsables de predicar la Sanidad Divina, porque eso es parte del Evangelio. Jesús me dijo, y así también a cada uno de Sus discípulos: "El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también ... porque yo voy al Padre", (Juan 14:12).
Si El viniera aquí personalmente a celebrar una campaña, sanaría a los enfermos, y El dijo: "Como Tú me enviaste al mundo, también los he enviado al mundo" (Juan 17:18). Esto lo dijo El a todos los que le seguían de cerca.
Representantes de Cristo
Somos los representantes de Cristo. Somos Sus seguidores. Somos Sus embajadores. Tenemos que traerle ante ustedes. Tenemos que actuar representativamente en Su Nombre. Por tanto, en esta campaña estamos orando por los enfermos, y la gente está viniendo a recibir Sus bendiciones. El está aquí esta noche, no en forma física, pero sí de modo espiritual. El está aquí en Espíritu y en Verdad. En esa capacidad, El está aquí con el mismo poder y autoridad que tendría si estuviera aquí en forma física. El está aquí en la Persona de Su Palabra, y en la Persona de Su Espíritu. Si creemos Su Palabra, es igual a tenerlo a El presente en persona. Cuando nosotros actuamos basados en Su Palabra escrita, estamos haciendo lo mismo que los discípulos cuando actuaban conforme a Su Palabra hablada.
Durante siete años prediqué el Evangelio de perdón sin declarar los beneficios de la sanidad para el cuerpo. Hubo unos pocos convertidos por los cuales estoy profundamente agradecido. Un alma es digna de toda una vida de ministerio. Pero desde que he estado predicando los beneficios de la sanidad conjuntamente con los beneficios del perdón (Salmo 103:3), he visto más almas convertidas en una sola noche, que las que vi convertirse anteriormente durante los siete años combinados de mi ministerio sin predicación de sanidad divina.
Por Qué Las Multitudes
CRISTO ofreció los beneficios físicos de Su Padre a la gente y la Biblia dice: "Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacia en los enfermos" (Juan 6:2). Si Cristo no hubiera ministrado a los enfermos, las multitudes no le hubieran seguido. Y si nosotros no ministramos a los enfermos, las multitudes no vendrán a nosotros para oir la Palabra de Dios que les es enseñada.
PEDRO predicó y practicó los beneficios físicos ofrecidos por Cristo, y el resultado fue que "tanto que sacaban los enfermos á las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, á lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos venían á Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados", (Hechos 5:15-16).
FELIPE predicó los beneficios de la sanidad a la gente de Samaria, y todos los habitantes de esa ciudad "Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad". (Hechos 8:6-8).
La gente seguía a Cristo, Pedro, Esteban, Felipe, Pablo, Byrum, Wigglesworth, McPherson, Ritchie, Dowie, y aún a Osborn -¿por qué?- Por los milagros que ellos vieron efectuados en aquellos que estaban enfermos.
Desde luego, la sanidad del cuerpo no es la parte más importante del Evangelio, pero estoy indicando claramente que, como estos otros hombres lo experimentaron, así también en mi propio ministerio, por medio de la predicación de todos los beneficios del Calvario para el cuerpo y el alma, he podido llevar más almas a Cristo en una sóla noche, que las que pude llevar a El durante siete años, sin predicar acerca de los beneficios para el cuerpo.
Ministerio de Sanidad
Por cuanto el ministerio de sanidad es parte de la Biblia, somos responsables de predicar esa parte de la Biblia, y si usted está dispuesto a hacerlo, esta multitud presente en esta noche es el resultado. Millares están reunidos aquí para escuchar el Evangelio de Cristo. Es un buen resultado. Estamos viendo centenares de personas salvarse aquí, noche tras noche, porque estamos predicando la totalidad del Evangelio. Estamos predicando la sanidad de Cristo para el cuerpo y Su sanidad para el alma.
Si Cristo sufrió para proveer la sanidad del cuerpo, entonces es nuestra responsabilidad predicar esa bendición a la gente. El Evangelio de Sanidad debe ser valorado conforme a lo que le costó a Cristo proveerlo. Si tal precio costó a Cristo proporcionarnos una bendición semejante, debemos darle a esta bendición un valor igual al costo de su provisión. Si Cristo no hubiera sufrido para proveernos sanidad, entonces estaría perfectamente bien que no mencionáramos esta bendición. Pero por cuanto le costó tal precio proveer sanidad para nuestros cuerpos, lo menos que podemos hacer, es hablar a la gente acerca de esta provisión. Y lo menos que usted puede hacer es creer en esta provisión. Y el resultado es, que usted será sanado. Eso está sucediento cada noche y sucederá esta noche. El Evangelio es siempre poder de Dios para aquellos que lo creen. Si usted cree la Palabra de Dios, será el poder de Dios para usted esta noche.
La sanidad no es la parte más importante del Evangelio, repito. La parte más imporante es: "El es quien perdona todas tus iniquidades". Pero El también es "El que sana todas tus dolencias", por tanto, ¿por qué no disfrutar de ambas bendiciones? Mientras la sanidad sea parte del Evangelio, y yo sea un predicador del mismo, debo predicar sanidad divina a la gente.
Otros También
Jesús sanó a los enfermos. Luego designó doce más, y como no pudieron hacer frente a una tan grande necesidad, Cristo, por tanto, ordenó setenta más y les mandó: "En cualquier ciudad donde entréis. . . sanad a los enfermos que en ella hubiere". (Lucas 10:8-9). Juntos, eran ochenta y tres personas, y no eran aún suficientes para llenar la necesidad. Y había por lo menos otros orando por los enfermos, porque los discípulos le dijeron a Jesús que habían visto a un hombre sanando en Su Nombre. Jesús les dijo: "Dejadle ir; si no está contra nosotros, está por nosotros". Había por lo menos ochenta y cuatro predicadores ministrando a los enfermos alrededor de Jerusalén.
Desearía que pudiéramos conseguir ochenta y cuatro predicadores en este país que pudieran ministrar la sanidad de Cristo a la gente. Podrán ganar este territorio para Dios si ustedes lo hacen. Si no llegaran hasta mí llamamientos de muchas otras partes del mundo, me quedaría aquí con ustedes hasta que pudiera aprender su lenguaje, pero debo marchar hacia otros países, así como he venido aquí. Pero este ministerio no terminará con mi partida. Continuará. Ha tenido un buen comienzo. Yo desearía que cada ministro en este estadio ocupara una ciudad para Dios; busque a los enfermos, y en lugar de Cristo, ministre todos los beneficios provistos por nuestro Señor a toda la gente en cada ciudad. Yo creo que lo harán.
Jesús sanó a los enfermos. Luego nombró a doce hombres más. Después designó setenta más. Aún eso no era suficiente porque cada vez que alguien era sanado, las nuevas se esparcían, y otra multitud venía deseando sanidad y bendición.
¡Oh!, ¡la necesidad lamentable de la doliente humanidad! Los doctores están realizando una gran labor, pero no están llenando esa necesidad. Los hospitales son una bendición para millones de personas, pero el clamor de otros millones más brota de la tierra. La ciencia médica está llevando a cabo una labor encomiable y valiosa, pero necesitan ayuda, nuestra ayuda, la ayuda de hombres con fe en Dios.
Yo desearía que ellos enviaran a nuestra campaña todos los casos incurables. Me gustaría que nos mandaran a todos los que no tienen esperanza, y más allá de toda ayuda médica. Prediquémosles la Palabra de Dios hasta que la fe nazca en el corazón de estos pacientes, y yo garantizaré los resultados. Yo desearía que ustedes trajeran quinientos casos incurables aquí mañana por la noche. Dios sanará el cáncer y la lepra tan rápidamente como los dolores de cabeza si tenemos fe en Su Palabra.
Olvide su enfermedad y esté consciente de la promesa de Dios. Olvide su condición y observe al Sanador. Mantenga su atención fija en Sus promesas. Está escrito que para Dios ninguna cosa es imposible. El es el Sanador de "todas tus enfermedades", dice la Biblia. Estamos autorizados por la Comisión de Cristo para decir esto a todo el mundo y a toda criatura.
Cuatro Estudiantes de Colegio
Cuatro estudiantes de colegio se me acercaron al finalizar un servicio en Rochester, Nueva York. Estaban airados. Exigieron de mí que les dijera quién me había dado autoridad para venir a Rochester y hablar como lo estaba haciendo. Yo les contesté:
"El Señor me dió esta autoridad ".
Rápidamente me preguntaron: "¿Ha hablado usted con Dios?
Les dije: "El me ha hablado por medio de Su Palabra escrita".
"¿Cree usted en la Biblia?", preguntaron burlonamente.
"Ciertamente", repliqué. "Cada una de sus palabras".
"Usted está loco", dijo bruscamente uno de ellos.
"¿Pueden ustedes probar que la Biblia NO es verdadera?", les pregunté. Ignoraron la pregunta diciendo que la Biblia era sólo un registro fanático de un misticismo anticuado.
"Yo probé esta noche que la Biblia ES verdadera, amigos", les dije.
,,¿Cómo?", preguntaron.
"Leí de la Biblia específicamente lo que Jesús dijo que se hiciera por los enfermos. Luego leí Su promesa. Hice entonces exactamente lo que El dijo que se hiciera, y El sanó los enfermos", les dije.
"No vimos a nadie que se sanara", contestaron.
"Entonces tenían sus ojos cerrados", les dije. Entonces les recordé: "¿No vieron ustedes a la mujer que trajo a la plataforma aquella niñita de pelo rizado que era completamente ciega? ¿ Y no me vieron ustedes orar por ella, y no la vieron ustedes contar mis dedos después de la oración, y no vieron a la niñita mirar a todos lados, y a todo, llena de excitación y dar pequeños gritos de alegría, y no la vieron ustedes descender y ascender los escalones sola y volver junto a su madre sin ayuda alguna? ¿No vieron ustedes eso?
"Sí", se mofaron, "pero, en primer lugar, ¿cómo sabemos nosotros que ella estaba ciega?".
Le pregunté al que de los cuatro parecía tener todavía suficiente sentido común para razonar, "¿Pensó usted en algún momento ir donde la mujer y preguntarle sobre la niña?".
"No", admitió un poco frustrado mentalmente, "nunca lo hice".
Les dije: "Ella está aún en la carpa. Si ustedes no lo creen, vayan e investiguen ustedes mismos".
No estaban dispuestos a hacerlo, pero con ésto, estos cuatro orgullosos "agnósticos" de un seminario religioso se sobrecogieron un poco, siendo entonces posible razonar con ellos. Después de unos instantes, me estaban dando gracias por mi interés en ellos y por haberles concedido tanto tiempo para discutir el asunto. Admitieron estar profundamente impresionados por el servicio de esa noche.
Me siento muy feliz porque tengo autoridad para hacer lo que estoy haciendo. Represento el Gobierno del cielo. Yo represento a Cristo. Tengo Su autoridad. Tengo Su mandamiento. Estoy bajo Su comisión. El dijo: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi Nombre echarán fuera demonios ... sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán", (Marcos 16: 15-18).
Tres Clases
Note esto: Había tres clases de personas necesitadas a quienes se nos ha ordenado ayudar -a quienes se nos ha comisionado a ministrar a los pecadores, a los endemoniados y a los enfermos.
Jesús comisionó estrictamente a todos los creyentes y a los ministros del Evangelio para cuidar de todas estas tres clases de necesitados. No sé por qué algunos ministros solamente ministran a una clase. Ministran a los pecadores, pero envían al manicomio a los endemoniados y mandan a los enfermos al hospital. Usted no tiene que hacer eso. Tenemos que actuar conforme a toda Su comisión.
Hay tres clases de necesitados y Cristo nos comisionó a toda las tres clases. Somos ministros del Evangelio, no ministros del manicomio y de los hospitales. Somos representantes de Cristo y de Su poder libertador, no representantes de la ciencia médica y de la sugestión mental para los dementes.
Somos ministros del Evangelio, y si es así, hemos de ministrar el Evangelio de acuerdo con el Evangelio. Somos responsables de ministrar a todas las tres clases que necesitan la liberación de Dios.
He oído a ministros decir: "Hermano Osborn, admiro su ministerio, pero por alguna razón, nunca me he sentido llamado a ese aspecto del Evangelio".
No importa si usted no se "siente" llamado a ese "aspecto" del Evangelio. Mientras usted obedezca a su Maestro y Señor, tendrá que ministrar en Su Nombre, en Su lugar, en Su poder, actuando como El lo hizo, y como El lo comisionó a usted que hiciera. LA COMISION DE CRISTO ES UNA ORDEN PARA USTED.
Usted no puede decir: "No me siento atraído hacia esta fase particular del ministerio". Esto no es una "fase ". Esto es el Evangelio. Esta es nuestra responsibilidad. Esta es nuestra ORDEN. Esta es nuestra COMISION. Si somos ministros del Evangelio, tenemos entonces que ministrar, conforme al Evangelio, a todas las tres clases de necesitados. Si decide usted representar su "escuela de pensamiento" especial, o su particular "Seminario Teológico", o sus "teorías e ideales" especiales, entonces eso es distinto, pero yo estoy hablando a MINISTROS DEL EVANGELIO.
Nosotros los que ministramos el Evangelio debemos ministrar a los pecadores, a los endemoniados y a los enfermos. Tenemos tanta autoridad y somos tan responsables de ministrar liberación a los enfermos y a los endemoniados, como a los pecadores. Los pecadores son los más necesitados, pero los otros también lo están.
Se nos manda a predicar a Cristo a los pecadores, y a echar fuera los demonios de los endemoniados y a poner las manos sobre los enfermos para su sanidad. Se nos ordena a hacer esto. Se nos comisiona a hacerlo. Estas son nuestras órdenes.
No es asunto de si queremos hacerlo o no. Jesús no dijo: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura, y si os sentís guiados a brindar alguna atención a los enfermos, así hacedlo pero si no os sentís movidos o atraídos por las necesidades de la doliente humanidad, entonces ignorad sus clamores y enviadlos a los hospitales".
El ordenó: "Predicad a Evangelio a toda criatura. Echad fuera los demonios y poned las manos sobre los enfermos para su sanidad". Estas son nuestras órdenes. Es por esto que yo hago eso. Por esta misma razón usted debe hacer lo mismo.
Confesión de un Predicador
Un predicador me dijo: "Hermano Osborn, nunca había visto ésto así. Nunca había comprendido que fuera nuestra responsabilidad como ministros, traer liberación a los enfermos y a los endemoniados, así como a los pecadores. Siempre pensé que se necesitaba alguna unción o fe especial para tratar con los enfermos, y especialmente con los endemoniados, pero ahora veo que se requiere solamente tanta fe como la requerida para esperar que el perdón de Dios sea otorgado al pecador cuando lo acepta. Ahora veo que sólo necesita fe suficiente para hacer lo que Dios dijo que hiciéramos".

El último mensaje que prediqué en Jamaica, en la primavera de 1949, al cabo de trece semanas de avivamiento durante las cuales más de cien sordo-mudos y noventa ciegos fueron sanados, fue el siguiente: "Que no se requiere tanta fe para traer liberación a los enfermos y a los endemoniados; esto sólo requiere comprensión de la situación en general". Aquellos que hagan un estudio de los demonios y de la enfermedad descubrirán que éstos sufrieron su completa y total derrota en el Calvario por Cristo Jesús. Ya que ambos están derrotados y ninguno de ellos tiene autoridad alguna, mientras que nosotros tenemos autoridad legal sobre ambos, entonces es fácil ejercitar esta autoridad y poner a los cautivos en libertad.
Jesús nos ha dicho exactamente cómo actuar en cada caso y ha hecho promesas definitivas en cada caso.

Primera Campaña de Sanidad
Recuerdo que cuando iba a celebrar mi primera campaña de sanidad, había ayunado durante cuatro días. Estaba orando desde lo profundo de mi corazón. Parecía que tenía una gran responsabilidad sobre mis hombros.
El Señor me habló con Su suave y tierna voz diciéndome: "¿Con qué propósito estás ayunando?".
Yo dije: "Señor, para que Tú sanes a los enfermos cuando yo ponga mis manos sobre ellos".
El me dijo: "¿No he prometido Yo hacer eso?". Entonces continuó diciendo, "Tú no has hecho todavía lo que dije que hicieras. Yo no puedo sanarlos hasta que no les prediques acerca de Mi promesa para ellos, y hagas lo que te dije que hicieras primeramente ".
Yo dije: "Señor, comprendo lo que Tú quieres decir. Debo ir y predicarles, poniendo mis manos sobre ellos, entonces Tú harás conforme has prometido ".
Le di gracias al Señor, comí pollo y me fuí al servicio.
No estoy por esto atacando el ayuno. Creo en el ayuno, porque la Biblia claramente lo enseña. Desde entonces he ayunado a menudo y nunca he dejado de recibir grande ayuda al hacerlo, pero no tenemos que ayunar para persuadir a Dios a que cumpla Sus promesas. El ayuno limpia nuestros canales humanos de manera que Dios pueda ministrar por medio de nosotros más libremente, además de tener otros propósitos. Pero no tenemos que suplicar y persuadir a Dios para que cumpla Sus promesas. El hará esto porque Ha prometido hacerlo y no puede dejar de cumplir Su Palabra.
Fui a la campaña esa primera noche. Prediqué sobre la promesa de Cristo de sanar. Entonces formé una "línea de oración" y puse mis manos sobre ellos exactamente como Cristo me había dicho que lo hiciera, esperando que El cumpliera Su promesa, y eso fue exactamente lo que El hizo y ha estado haciendo desde entonces. No puede El dejar de hacerlo. Algunos fueron sanados instantáneamente y otros fueron sanados gradualmente, o estaban creyendo la promesa de Cristo, "se sanarán", y así sucedió. Y todavía se siguen sanando. Y no se necesitó mucha fe para poner mis manos sobre ellos después dei predicarles la promesa de Cristo. Es fácil. La res-, ponsabilidad es del Señor, y El nunca falla.
Una Promesa Definida
La fe ha sido hecha muy difícil, pero no lo es. Fe es simplemente creer que Dios dijo la verdad. Aquí hay una promesa definida para cada clase de gente necesitada. Cristo no nos envió sin Sus promesas. A los pecadores El promete, "Serán salvados". Yo no tengo que salvar al pecador. Si hay aquí un beodo, un jugador, o un asesino, Dios también le salvará. Cristo lo ha prometido así. Ahora, ustedes están de acuerdo con éso, y, no se maravillan de mi fe cuando digo que Dios salvará al más vil pecador. No importa cual sea su condición, Cristo prometió que si usted cree, será salvo. Se supone que yo le diga a usted eso.
Cuando veo a una persona moralmente buena, le digo que Dios le salvará. Cuando veo a un criminal, le digo que Dios le salvará también. No importa que usted sea bueno o malo, Cristo dice que usted será salvado. Los otros días prediqué en una cárcel a 364 presos, y más de 100 de ellos aceptaron a Cristo, creyeron Su promesa y fueron salvos.
¿Qué de los enfermos? Es lo mismo, con un dolor de cabeza como con la tuberculosis. Yo estoy aquí para hablarles de las promesas de Dios, y El hace el resto.
Siempre me ha parecido raro, que cuando la gente ve a un pecador malo venir al servicio y oír el mensaje, en sus corazones están diciendo: "¡Oh, Aleluya! Ese terrible pecador será salvado esta noche". ¿Cómo tiene usted fe para esperar eso? Es un tremendo milagro lo que usted espera. ¿Dónde obtuvo usted toda esa fe? Usted la recibió de la promesa de Cristo que usted conoce. Usted sabe que Cristo prometió salvación a todos y se regocija porque cree usted Su promesa. Esto es fe.
En cambio, viene una persona malamente tullida y usted dice: "¡Oh!, desearía tener fe para creer que esa pobre persona será sanada. Yo sé que Dios sana dolores de cabeza, pero nunca he visto algo como éso sanarse. No sé si Dios lo hará o no. Espero que lo haga".
Esa actitud ata las manos de Dios. Eso es duda y Dios no puede honrar la duda. Dios sólo puede bendecir por medio de nuestra fe, y Su promesa es la base para nuestra fe. Dios salvará a cada pecador que crea el Evangelio. Si mil pecadores vienen a esta campaña, y yo les predico el Evangelio de perdón, y creen al Evangelio y aceptan a Cristo como su Salvador. ¿Cuántos de ellos serán salvos? "Todos ellos", vociferó la concurrencia. Perfectamente bien. Cada uno de ellos.
Traemos mil pecadores y declaramos que Dios salvará a cada uno de ellos. Pero traemos mil enfermos y usted dice que Dios ha enviado la enfermedad sobre algunos de ellos, que Dios quiere enseñar a algunos a tener paciencia, que otros están enfermos para la gloria de Dios, que algunos otros deben permanecer enfermos para perfeccionar su carácter cristiano, etc., etc., etc., etc. La verdad del asunto es que los que así dicen, no creen que Dios realmente sanará a alguno de los pobres enfermos, y por causa de esa actitud, Dios no puede manifestar Su poder sanador, como muestra Su poder perdonador.
Tenemos exactamente el mismo fundamento para la fe que trae sanidad que para la que alcan za el perdón. Tenemos tanto como apoyo de nuestra fe para sanidad de los enfermos como para el perdón del pecador. La misma Biblia que prometió perdón a cada pecador, prometió sanidad para todos los enfermos. La misma Biblia que declara que cada pecador puede ser salvado, declara que cada enfermo puede ser sanado.
"No olvides ninguno de Sus beneficios". David proclama en el mismo instante, "El es quien PERDONA TODAS tus iniquidades, el que SANA TODAS tus dolencias"; (Salmo 103:3).
Tiene uno tanto derecho a declarar que el perdón no es para el pecador, como a predicar que la sanidad no es para el enfermo.
La expresión, "todo aquel" es usada cuando se invita al pecador a aceptar el perdón, y las palabras "todo", "cualquiera" y cada uno" se usan cuando se habla de la promesa de sanidad para los enfermos. Todas estas palabras significan lo mismo. Cristo siempre perdonó pecados y siempre sanó a los enfermos. La enfermedad y el pecado son ambos del diablo.
Cristo llevó ambos por "todo" aquel que creyere, (Mateo 8:17; 1 Pedro 2:24). El cargó el pecado para que nosotros no tuviéramos que llevarlo, mas fuésemos perdonados. El llevó nuestras enfermedades para que nosotros no tuviéramos que sufrirlas, mas fuésemos sanados.
La misma palabra hebrea usada para indicar que Cristo quitó nuestros pecados, es también usada para expresar que El quitó nuestras dolencias. La palabra hebrea "Nasa", es usada en ambos casos. Significa "llevarse", "remover a distancia".
Uno de los más grandes estudiantes de hebreo y de griego en América dice que es un disparate hacer que la palabra "nasa" signifique algo distinto cuando se refiere a enfermedad que cuando se usa en relación con los pecados.
Si mil pecadores creen, todos serán salvos. Si mil endemoniados vienen y ordenamos a los demonios que salgan en el Nombre de Jesús, Su promesa es exactamente tan positiva como la otra. "ECHARAN FUERA DEMONIOS". Si mil enfermos vienen y creen, todos serán sanados.
Usted está convencido. No necesito predicar más. Vamos a orar.

21 ago 2008

El Valle de la decisión

Por Arturo Perales:

JOEL 3:13-14 RVA
13 Meted la hoz, porque el grano ya está maduro. Venid, pisotead, porque el lagar está lleno y rebosan las cubas; pues mucha es la maldad de ellos.
14 "Multitudes, multitudes están en el valle de la decisión, porque está cercano el día de Jehovah en el valle de la decisión.

DEUTERONOMIO 11:26-28 RVA
26 "Mira, pues; yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición:
27 la bendición, si obedecéis los mandamientos de Jehovah vuestro Dios que yo os mando hoy;
28 y la maldición, si no obedecéis los mandamientos de Jehovah vuestro Dios, sino que os apartáis del camino que yo os mando hoy, para ir en pos de otros dioses que no habéis conocido.

DEUTERONOMIO 30:19 RVA
19 "Llamo hoy por testigos contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que he puesto delante de vosotros la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tus descendientes,

JUAN 6:28-29 RV60
28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?
29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

Dicen algunos, que el nuevo nacimiento solo depende de Dios a quien lo da y el hombre no puede hacer nada al respecto, que no posee libre albedrío, haciendo a Dios un marionetero que obliga a la persona a salvarse o perderse irremediablemente.

Sin embargo, no tienen ninguna base bíblica para esta postura, he notado que quienes son parte de esta tendencia, dependen de darle vueltas y vueltas a los dogmas de su tradicionalismo denominacional y teológico.

La Biblia dice:

JUAN 1:12 NVI
12 Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.

Claramente vemos que la escritura condiciona a la FE en el nombre de Jesús, el derecho de ser hijos de Dios, como dice la RV de ser HECHOS hijos de Dios.

El nuevo nacimiento es un acto soberano de Dios, solo que debe entenderse que Dios en su SOBERANIA IMPUSO UNA CONDICION que es la FE.

GÁLATAS 3:1-2 NVI
1 ¡Gálatas torpes! ¿Quién los ha hechizado a ustedes, ante quienes Jesucristo crucificado ha sido presentado tan claramente?
2 Sólo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el mensaje?

El nuevo nacimiento es la regeneración del espíritu, es una obra del ESPÍRITU SANTO, Él la hace como INAUGURACION de su MORADA y habitación en el creyente, es decir con el fin que el Espíritu viva dentro del Cristiano primero le hace nacer de nuevo.

Claramente este pasaje dice que LA PROMESA DEL ESPÍRITU se acepta POR LA FE (En Cristo).

JUAN 3:14-18 NVI
14 "Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre,
15 para que todo el que crea en él tenga vida eterna.*
16 "Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
18 El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios.

Este pasaje está en contexto con la pregunta de Nicodemo, sobre como el hombre puede nacer de nuevo. El nuevo nacimiento está totalmente vinculado a la vida eterna. Se nace de nuevo a la vida eterna en el Reino de Dios. Leemos en el pasaje que Dios no envió a su hijo para condenar al mundo, quienes son condenados, solo lo son por NO CREER en JESUCRISTO. Esa es la condición para la condenación, no es una condenación PREDETERMINADA o decretada por causa del pecado heredado de Adán, lo que condena en sí, al hombre es NO CREER EN CRISTO, no recibirle como Señor y salvador.

Los calvinistas deterministas (hipercalvinistas), ignoran no solo este sino también otro pasaje que refuta totalmente sus dogmas:

2 CORINTIOS 5:18-20 RV60
18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

Dios se ha reconciliado con el mundo a través de JESUS y NO le está tomando en cuenta al mundo sus pecados, no le está tomando en cuenta el pecado original, ni sus pecados personales, Cristo ya llevó el PECADO de toda la humanidad en la Cruz. DIOS YA NO está airado contra el mundo, SOLO hay un pecado que condena al mundo y es el rechazar a JESUCRISTO, ser INCREDULO, el no aceptar la salvación por la fe.

Por ello esa doctrina que dice que hay hombres que Dios ha determinado a ser REPROBADOS en sus pecados está totalmente equivocada, Lo único que reprueba al hombre para no ser salvo, es rechazar a Jesucristo como Señor y negarse a creer el evangelio del Reino.

Tu puedes ser salvo si tan solo crees en Jesucristo, Pablo lo dijo "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tu y tu casa", no hay más condición que aceptar el señorío de Cristo invocandole y aceptandole en tu corazón:

ROMANOS 10:8-11 RV60
8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.

La doctrina de la predestinación debe entenderse en el sentido que Dios preparó algo de antemano para todos los que CREEN EN CRISTO. Dios no predestinó a nadie al infierno, pero Dios predestinó a la salvación a todo aquel que CREE EN JESUS. TU escoges el destino, o mejor dicho, tu escoges si quieres lo que Dios ha predestinado para tí o si lo rechazas y quieres seguir viviendo para ti mismo y el mundo, Dios respeta tu decisión de aceptar a Jesús o rechazarlo.

EFESIOS 1:3-4 RV60
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,

1 PEDRO 1:2 NBLH

Elegidos
según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con Su sangre: Que la gracia y la paz les sean multiplicadas a ustedes.

Dios sabe quien le va a aceptar y quien le va a rechazar, pero el no lo determina de antemano, la decisión final recae en el ser humano, Dios por la gracia lleva al ser humano que escucha el evangelio al punto en el cual debe escoger, recibir el regalo de la salvación o rechazarlo.

Esto nos dice que la salvación fue iniciada, planeada y determinada por Dios mismo a través de la obra de Cristo, desde antes de la fundación del mundo, pero también nos dice que es la gracia divina, encontrandose con la fe de su creación, la que hace al hombre el último responsable de aceptarla o rechazarla, Dios ha determinado así las cosas, no es que Dios le tenga que pedir permiso al hombre porque NO PUEDA obrar, sino que DIOS respeta la voluntad de sus criaturas a las cuales les ha dado LIBERTAD de escoger.

Quien niega la libertad humana de escoger o libre albedrío, aunque no lo sepa ni lo reconozca, está creyendo que Dios es un malvado, injusto, caprichoso, instigador de males, causa del pecado de unos y de la justicia de otros.

Si no existe libertad para escoger entre lo bueno y lo malo, para aceptar o rechazar a Jesucristo eso significaría que toda decisión humana ha sido determinada por Dios, haciendo al hombre no solo irresponsable sino a Dios un ser maligno que salva a unos y condena a otros siendo él mismo el que determinó ambas suertes desde la eternidad. Esta es la conclusión blasfema a la que llegan quienes siguen el determinismo teológico del hypercalvinismo.

Ellos podrán citar muchos teólogos y filosofías humanas, desgraciadamente como sucede con la mayoría de las enseñanzas falsas, cuando se tienen que citar muchos teólogos para probar un punto tan sencillo como la salvación por gracia por medio de la fe, es porque las palabras textuales de la escritura les han dejado de satisfacer y lo que sostienen no es más que una tradición que deja sin efecto la verdad de la Palabra de Dios.

Hoy las multitudes estan en el valle de la decisión y se pierden por causa de aquellos que no mueven un dedo para ganar las almas para Cristo pues dicen que nadi puede decidir, que Dios es quien decide quien se sala y quien no, y por discutir estas tonterías más y más almas son llevadas al matadero del infierno.

Decide HOY si serviras a Jesucristo y cumplirás la gran comisión.

Multitudes en el Valle de la decisión.

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