Hace
unos años escribí un artículo llamado “Mi salida del movimiento de la fe” donde
hablaba de mi rechazo a las doctrinas más extravagantes de algunos predicadores
de dicho movimiento, como la doctrina que somos “pequeños dioses” o que Jesús
fue torturado en el infierno.
Antes de continuar, aclaro que sigo rechazando las doctrinas que considero no bíblicas, lo que no puedo encontrar en las escrituras no puedo aceptarlo, sin embargo el movimiento de Fe, lejos de ser en si un movimiento herético (aunque herejes hay en todos lados), fue algo que Dios hizo entre los hermanos pentecostales para devolver a la iglesia la realidad de que las bendiciones de Dios, se reciben todas por fe, como opera la fe y sobre quien podemos tener fe. Por la lectura bíblica y la experiencia propia sé que un elemento esencial de la fe es la CONFESION de la Palabra de Dios. No encuentro argumentos contra la realidad bíblica sobre la fe que enseña que “De cierto te digo que si dices a este monte quítate y échate en el mar y no dudas que lo que dices te será hecho, lo que digas te será hecho” (Marcos 11:23), me parece esencial la parte del decir sobre la fe, creo que en lugar de tirar esta verdad por un extremo opuesto se debe balancear con el TODO de la escritura, en ese sentido he hallado paz en el hecho no que vuelvo sino que en realidad no me he ido, y el verdadero discernimiento me ha ayudado a ver cuáles son los focos rojos en doctrinas equivocadas o llevadas al extremo, reconocer quienes por su fruto en el movimiento de fe, o cualquier otro movimiento, son siervos de Dios y quién no.
Lo que puedo ahora ver y comprender que lejos de relegar a los hermanos de este movimiento se debe trabajar con ellos, y participar en lo que Dios quiere hacer que es edificar el cuerpo de Cristo, lo que hay es una necesidad de reforma para rechazar los extremos no las verdades, no hay necesidad de dividir y echar fuera si somos hermanos en Cristo.
Estoy verdaderamente en contra de estos nuevos movimientos de cazaherejes denominados de “la sana doctrina”, tal cual que ni siquiera la pueden definir, han hecho más daño al cuerpo de Cristo que ayudado, la verdadera apologética es para sanar y restaurar el cuerpo de Cristo no para apedrear y matar a los caídos y repudiar a los equivocados. Por hacer guerra a los equivocados no hemos visto a los lobos en medio nuestro que se han disfrazado de “predicadores de sana doctrina” y solo han mutilado el cuerpo de Cristo.
Al final me queda claro el punto de que somos un cuerpo en Cristo, la iglesia de manera invisible y universal está conformada por creyentes de muchas denominaciones y movimientos, en ese sentido aunque es evidente que soy muy influenciado por el pentecostalismo, el movimiento carismático de fe, apostólico etc. Quiero decir que me considero solamente Cristiano y solamente un hijo de Dios dispuesto a trabajar con cualquiera que crea que Jesús murió y resucitó para perdón de nuestros pecados, que él es el Señor y nuestro Dios, por lo cual es mi deseo estar donde el Espíritu Santo está y hacia donde él se esté movimiento la iglesia evitando los extremos pero abrazando la verdad que él ha revelado por las escrituras a toda su iglesia representada en todos sus movimientos. Ahora conocemos en parte y es imposible que lo conozcamos todo a cabalidad, pero aquellas cosas que Dios me ha revelado y mostrado en SU PALABRA, es decir las escrituras es imposible que no las predique y promueva, hay que sacar lo precioso de lo vil, examinarlo todo, retener lo bueno y abstenerse de lo malo y desecharlo.
No es mi deseo defender hombres ni promover movimientos, si enfocarme en lo que la Palabra de Dios enseña y lo que el Espíritu Santo está haciendo y esta es mi carta para decirle a todos aquellos que ofendiera con mis criticas si estas han sido crueles e infundadas, perdónenme, si las he dicho con verdad que sea Dios mi juez, pues no quiero que mi intención sea ofender por ofender, o atacar, sino mostrar la verdad, si no lo he hecho como debe ser o como la Palabra lo muestra Dios tenga misericordia de mi y a ustedes queridos lectores de este blog sepan disculparme..
Bendecidos en Cristo:
Artus.
Antes de continuar, aclaro que sigo rechazando las doctrinas que considero no bíblicas, lo que no puedo encontrar en las escrituras no puedo aceptarlo, sin embargo el movimiento de Fe, lejos de ser en si un movimiento herético (aunque herejes hay en todos lados), fue algo que Dios hizo entre los hermanos pentecostales para devolver a la iglesia la realidad de que las bendiciones de Dios, se reciben todas por fe, como opera la fe y sobre quien podemos tener fe. Por la lectura bíblica y la experiencia propia sé que un elemento esencial de la fe es la CONFESION de la Palabra de Dios. No encuentro argumentos contra la realidad bíblica sobre la fe que enseña que “De cierto te digo que si dices a este monte quítate y échate en el mar y no dudas que lo que dices te será hecho, lo que digas te será hecho” (Marcos 11:23), me parece esencial la parte del decir sobre la fe, creo que en lugar de tirar esta verdad por un extremo opuesto se debe balancear con el TODO de la escritura, en ese sentido he hallado paz en el hecho no que vuelvo sino que en realidad no me he ido, y el verdadero discernimiento me ha ayudado a ver cuáles son los focos rojos en doctrinas equivocadas o llevadas al extremo, reconocer quienes por su fruto en el movimiento de fe, o cualquier otro movimiento, son siervos de Dios y quién no.
Lo que puedo ahora ver y comprender que lejos de relegar a los hermanos de este movimiento se debe trabajar con ellos, y participar en lo que Dios quiere hacer que es edificar el cuerpo de Cristo, lo que hay es una necesidad de reforma para rechazar los extremos no las verdades, no hay necesidad de dividir y echar fuera si somos hermanos en Cristo.
Estoy verdaderamente en contra de estos nuevos movimientos de cazaherejes denominados de “la sana doctrina”, tal cual que ni siquiera la pueden definir, han hecho más daño al cuerpo de Cristo que ayudado, la verdadera apologética es para sanar y restaurar el cuerpo de Cristo no para apedrear y matar a los caídos y repudiar a los equivocados. Por hacer guerra a los equivocados no hemos visto a los lobos en medio nuestro que se han disfrazado de “predicadores de sana doctrina” y solo han mutilado el cuerpo de Cristo.
Al final me queda claro el punto de que somos un cuerpo en Cristo, la iglesia de manera invisible y universal está conformada por creyentes de muchas denominaciones y movimientos, en ese sentido aunque es evidente que soy muy influenciado por el pentecostalismo, el movimiento carismático de fe, apostólico etc. Quiero decir que me considero solamente Cristiano y solamente un hijo de Dios dispuesto a trabajar con cualquiera que crea que Jesús murió y resucitó para perdón de nuestros pecados, que él es el Señor y nuestro Dios, por lo cual es mi deseo estar donde el Espíritu Santo está y hacia donde él se esté movimiento la iglesia evitando los extremos pero abrazando la verdad que él ha revelado por las escrituras a toda su iglesia representada en todos sus movimientos. Ahora conocemos en parte y es imposible que lo conozcamos todo a cabalidad, pero aquellas cosas que Dios me ha revelado y mostrado en SU PALABRA, es decir las escrituras es imposible que no las predique y promueva, hay que sacar lo precioso de lo vil, examinarlo todo, retener lo bueno y abstenerse de lo malo y desecharlo.
No es mi deseo defender hombres ni promover movimientos, si enfocarme en lo que la Palabra de Dios enseña y lo que el Espíritu Santo está haciendo y esta es mi carta para decirle a todos aquellos que ofendiera con mis criticas si estas han sido crueles e infundadas, perdónenme, si las he dicho con verdad que sea Dios mi juez, pues no quiero que mi intención sea ofender por ofender, o atacar, sino mostrar la verdad, si no lo he hecho como debe ser o como la Palabra lo muestra Dios tenga misericordia de mi y a ustedes queridos lectores de este blog sepan disculparme..
Bendecidos en Cristo:
Artus.
