La acusaron de “proselitismo” en un país islámicoGuatemalteca evangélica expulsada de Marruecos
* “Los españoles me hicieron un favor al rechazarme” en la frontera de Melilla * Desde marzo, unos 90 cristianos han sido obligados a abandonar el país norteafricano * “Si me preguntan por mi fe, yo no la disimulo, pero ante todo respeto las leyes”, sostuvo
I. CembreroEND - Madrid / El País - 22:19 - 11/05/2010
El policía español se disponía a sellarle su pasaporte guatemalteco. De pronto se percató de que sus colegas marroquíes habían estampado en él la palabra “expulsado”. Preguntó entonces a Silvia Cordón, la titular del documento, si estaba siendo expulsada de Marruecos. “Sí”, le contestó. ¿Desea usted entrar en España?, le inquirió el agente. “No”, le respondió.
El policía llamó entonces al jefe del puesto fronterizo de Melilla, y éste explicó a los uniformados marroquíes que acompañaron a Cordón hasta el lado español, que si querían expulsarla debían enviarla directamente a Guatemala.
Dieron, entonces, media vuelta. Eran las tres de la madrugada del sábado 8 de marzo en Beni Enzar, localidad fronteriza con Melilla. La expulsión de Cordón, evangélica de 59 años, residente en Marruecos desde 1997, se aplazaba. Era profesora de español en un colegio de Tahala-Noreste.
Cordón es una de las decenas de cristianos --su número ronda ya los 90-- expulsados de Marruecos desde principios de marzo, pero desde entonces el goteo continúa. El pasado fin de semana les tocó el turno a otra decena, la mayoría evangélicos. Varios de ellos se vieron obligados a salir del país a través de España. A algunos las autoridades les reprocharon hacer proselitismo --un delito recogido en el Código Penal marroquí-- pero a otros muchos no les han explicado por qué se les sancionaba. En teoría deberían haber sido juzgados.Sin orden escrita
“Les pedí que me dieran una orden escrita, pero me dijeron que obedecían instrucciones de arriba”, asegura Cordón, que habló por teléfono con este corresponsal. “Creo que los españoles me hicieron un favor”, añade.
“La Policía vino el miércoles (5 de mayo) a buscarme a mi casa para decirme que lo sentían, pero debía irme del país”, prosigue Cordón. “Me dieron 15 días para hacerlo, pero el jueves irrumpieron en el colegio para apremiarme”. “Me eché a llorar”. “Los agentes siempre fueron educados”.
“El sábado a las diez de la noche salimos de mi domicilio y en mi propio coche, con dos policías que viajaron conmigo rumbo a Melilla”, continúa. “Me despedí de mis alumnos y vecinos”. “Lloramos mucho”. A otros expulsados, como el franciscano Rami Zaki, la Policía ni siquiera le permitió pasar por su casa para recoger sus enseres.Promueven tolerancia
Cordón trabajaba para una ONG granadina, Desarrollo y Consultoría Pro Mundis, de inspiración evangélica, que en 1999 firmó un acuerdo con el Gobierno marroquí. “Si me preguntan por mi fe, yo no la disimulo, pero ante todo respeto las leyes”, asegura. “Si me acusan de ello deberían probarlo”.
“Estamos consternados ante el proceder: sin explicación, sin constancia escrita, sin poder defenderse y sin tiempo para cerrar asuntos personales”, afirma Allan Matamoros, presidente de la ONG. “Deseamos continuar nuestra labor de promoción de la comprensión mutua entre musulmanes y cristianos”.
Tras una larga espera en Beni Enzar, Cordón volvió por la noche a su casa. La trasladaron al aeropuerto de Casablanca donde embarcó rumbo a Guatemala. El Ministerio del Interior intentó que la ONG abonase el billete, pero acabó pagando los 2,300 euros que costaba.
La gente está asustada en Colombia luego del extrañísimo suceso que ocurrio en Bagadó, Chocó.
Muchos creen que es una señal de la ira de Dios que está por derramarse sobre la tierra.
Puede ser, solo vean el video y lean la noticia, luego juzguen ustedes.
El párroco Jhony Milton Córdoba calificó el hecho como una posible señal de Dios para que el hombre reconsidere su actuar.
El hecho insólito, que todavía la jerarquía eclesiástica no se atreve a tomar como un milagro, ocurrió ayer a las 10:30 a.m. en el corregimiento La Sierra.
De acuerdo con los testimonios que le llegaron al sacerdote recogidos por el padre Córdoba, a esa hora caía un aguacero y de un momento a otro, observaron que en un espacio de 100 metros aproximadamente el líquido tenía una coloración roja y así continuó por alrededor de 30 minutos. Con el transcurso de las horas de nuevo el agua volvió a aclararse. Sin embargo, un habitante recogió una muestra que llevaron hasta el casco urbano de Bagadó y la bacterióloga del pueblo la sometió a un análisis con reactivos y certificó que efectivamente se trata de sangre, de acuerdo con el párroco.
No obstante, no se especificaron más detalles, pues no hay luz y fue imposible realizar más pruebas.
“Eso es difícil explicarlo, pero en el fondo puede ser una señal de Dios que está invitando a cambiar de forma de actuar, porque el hombre quiere cambiar el curso de la historia y ser él mismo dios”, dijo.
La Sierra es una comunidad compuesta por cerca de 200 personas, negros en su mayoría, que en principio se asentaron a orillas del río Andágueda, a media hora de la cabecera municipal. En 1994 una avalancha obligó a reubicar el poblado y muchas de las casas fueron construidas en una colina en la cual estaba el cementerio. Las tradiciones religiosas tienen gran arraigo y se mezclan con la cosmogonía afro. “Se ven cosas inexplicables, por eso uno no puede aventurar a dar hipótesis. Lo que estamos haciendo es esperar a que el padre mande a Quibdo la muestra del líquido”, anotó por su parte el obispo de Quibdo, monseñor Fidel León Cadavid.
Por lo pronto, una comisión eclesiástica esperaba desplazarse hasta el lugar donde ocurrió el presunto milagro a verificar las versiones.
Fuente: Univision