"La singularidad de Jesús"
Por Bill Bright
Hace algún tiempo, un brillante joven, estudiante de medicina, originario de otro país y devoto seguidor de una de las religiones orientales, vino a verme. Habían pasado algunos meses después de habernos conocido y ya éramos buenos amigos, de modo que comencé a hacerle algunas preguntas.
"¿Quién, en tu opinión, es el más grande líder que el mundo ha conocido? ¿Quién ha sido el mayor benefactor de la humanidad?"
Después de unos momentos de vacilación, respondió:
"Estoy seguro de que Jesús ha hecho mucho más bien que cualquier otro ser humano que haya vivido. Yo diría que Él es el líder más grande."
Entonces le pregunté:
"¿A quién consideras tú el más grande maestro?"
Yo esperaba que él mencionaría a Sócrates, Aristóteles, Platón, Confucio o cualquier otro de los grandes filósofos de la antigüedad o de los tiempos modernos. Pero contestó:
"El más grande maestro es Jesús." Finalmente le pregunté:
"En tu opinión, ¿quién, en toda la historia de la humanidad, ha vivido la vida más santa?"
Inmediatamente respondió:
"Ninguno ha vivido vida más santa que Jesús."
He hecho estas mismas preguntas a hombres de muchas religiones, incluso a ateos y comunistas, y la respuesta de toda persona inteligente y culta ha sido siempre la misma: "Jesús".
Desde luego, nunca ha habido nadie que pueda compararse con Jesús de Nazaret. Él es único entre todos los seres humanos que han existido.
Ninguna persona en la historia ha influenciado más al mundo que Jesucristo.
Influencia mundial
Ninguna otra persona en el curso de la historia ha podido influenciar al mundo más poderosamente que Jesucristo. Su vida y mensaje han cambiado radicalmente la vida de personas y naciones. La historia es realmente "Su historia". Si usted quita la persona de Jesucristo de la historia, ésta sería completamente diferente. En los últimos dos mil años, Él ha sido la pieza central de la humanidad. Carlos Spurgeon, teólogo inglés, escribió:
Cristo es la figura central en la historia de la humanidad. Todo lo pasado y lo futuro apunta hacia él. Todos los acontecimientos de la historia convergen en él. Todos los grandes propósitos de Dios culminan en él. El más espectacular y supremo acontecimiento que la historia de la humanidad registra, es su nacimiento.
(El calendario) da testimonio del hecho que Jesús de Nazaret, el Cristo, vivió en la tierra. A.C. significa antes de Cristo, de igual manera, D.C. significa después de Cristo.
Jesús ha influenciado al mundo entero. El Nuevo Testamento declara que en Cristo no hay ni hombre ni mujer, ni esclavo ni libre. Dondequiera que Cristo se ha hecho presente, la dignidad humana y los derechos personales han sido reconocidos y fomentados.
Influencia personal
He visitado cientos de universidades alrededor del mundo y he hablado a cientos de miles de universitarios, hombres y mujeres acerca de Jesucristo. He encontrado profesores y estudiantes que eran antagonistas recalcitrantes hacia Él. Algunos de ellos afirmaban que Jesucristo no es más que un mito, o sencillamente un gran hombre.
Posteriormente, algunos de ellos, buscando ser intelectualmente honestos, cambiaron por completo su criterio y se convirtieron en seguidores de Jesús.
Fui profundamente conmovido mientras leía un artículo acerca de un erudito en la sección de crítica literaria del periódico "Los Ángeles Times" un domingo por la mañana allá por el año 1949. Mis ojos se detuvieron en la foto de un anciano y venerable profesor, el doctor Ciryl E.M. Joad, y la dramática historia del cambio que tuvo lugar en su vida.
El doctor Joad era uno de los más grandes filósofos contemporáneos. Fue director del departamento de filosofía de la Universidad de Londres. Él y sus colegas, Julián Huxley, Bertrand Russell, HG. Wells y George Bernard Shaw, constituyeron probablemente, el grupo del mundo universitario de la pasada generación que más se empeñó en desprestigiar la fe cristiana.
El doctor Joad creía que Jesús era solamente un hombre y que Dios era parte del universo. Él pensó que si el universo podía destruirse, también Dios sería destruido. Creía que no había tal cosa como "el pecado" y que el hombre estaba destinado a la utopía.
El artículo describía los muchos años que él había sido antagonista del cristianismo y su negación de la existencia del pecado. Sin embargo, decía, las dos guerras mundiales y la inminencia de una tercera le habían demostrado concluyentemente que el hombre era de veras pecador. Ahora él creía que la única explicación para el pecado se encontraba en la Biblia, y que la única solución para el pecado era la cruz de Cristo. Antes de su muerte, el doctor Joad se convirtió en un celoso seguidor de Jesús.
Otro ejemplo es Lew Wallace, famoso general y genio literario. Él se propuso escribir un libro cuyo objetivo era destruir para siempre el mito del cristianismo. El señor Wallace cuenta cómo invirtió dos años en las mejores bibliotecas de Europa y América buscando información para escribir el libro. Antes de concluir el segundo capítulo, se encontró de pronto arrodillado y clamando a Jesús, diciendo: "Mi Señor y mi Dios". La evidencia que descubrió sobre la deidad de Cristo, lo convenció categóricamente de que Cristo Jesús era el Hijo de Dios, el único Salvador del hombre.
Después, Lew Wallace escribió "Ben Hur", una de las más grandiosas novelas que se hayan escrito acerca de los tiempos de Jesús.
Consideremos también el ejemplo de C.S. Lewis, escritor y profesor en las universidades de Oxford y Cambridge en Inglaterra, quien fue un agnóstico por muchos años. Él trató de convencerse a sí mismo de que el cristianismo era ineficaz. Pero después de un largo proceso buscando respuestas, recibió a Cristo como su Salvador personal y su Señor mientras estaba en Oxford. Él describió ese momento de la siguiente manera:
"Usted debe imaginarme solo en aquel cuarto en el Magdalen College, noche tras noche, sintiendo cada vez que mi mente se distraía de mi trabajo aún por un segundo, el firme e inexorable acercamiento de Aquél a quien yo había deseado tan intensamente no encontrar. Aquéllo que yo había temido tanto, por fin me había sobrevenido. En el período escolar del verano de 1929, me di por vencido y admití que Dios era Dios y me arrodillé y oré; era quizás, aquella noche, el más abatido y reacio convertido en toda Inglaterra ".
C.S. Lewis se convirtió en un devoto seguidor de Jesucristo y
escribió muchos libros defendiendo su fe en Cristo. En su libro "Cristianismo y Nada Más", escribe:
"Ud. puede tildarlo de loco, puede escupirlo y matarlo como a un demonio; o puede caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios. Pero no vengamos con la idea absurda de que Él fue un gran maestro de moral. Él no nos ha dejado esa alternativa. Ese no fue su propósito".
C.S. Lewis concluyó que Jesús es, de hecho, más que un buen maestro moralista: Él es el Salvador del mundo.
¿Quién es Jesús de Nazaret para usted? ¿Es un mito? ¿Un hombre solamente? ¿O es el Hijo de Dios? Su respuesta a estas preguntas determinará su destino eterno, y la calidad de vida que usted experimente en esta tierra.
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