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La Biblia y las Imágenes del Catolicismo [Parte I]
Las imágenes religiosas ocupan un lugar especial en los corazones de
los miembros de la comunidad católica. Los devotos las honran, veneran,
suplican, bendicen, exhiben, besan, compran y venden. No es un secreto
que la mayoría o todos los edificios de la Iglesia Católica están llenos
de imágenes. El catolicismo declara que “[e]s correcto mostrar respeto a
los retratos e imágenes de Cristo y Sus santos, ya que estos son
representaciones y conmemoraciones de ellos” (O’Brien, 1901, p. 175).
¿Son las imágenes del catolicismo solamente imágenes “inofensivas”,
como las fotografías de familiares que muchos guardamos en nuestras
billeteras? ¿Autoriza la Biblia el uso católico de imágenes religiosas?
Se debe responder estas y otras preguntas con una Biblia abierta, no con
emociones subjetivas o tradiciones de hombres.
“¡NOSOTROS NO ADORAMOS, SÓLO VENERAMOS!”
He escogido este subtítulo para abordar uno de los argumentos más
conocidos, pero menos entendidos, que se presenta a favor de las
imágenes religiosas. En conversaciones en cuanto a la iconografía
religiosa, no es sorprendente escuchar que los católicos usen la palabra
“venerar”. El argumento dice algo como esto: “Nosotros no adoramos a la
madera, reliquias o imágenes. Nosotros las
veneramos”
(vea Porvaznik, 2007, énfasis añadido). Esta declaración común es el
resultado de ignorar la etimología y el uso de la palabra “venerar”,
como también las implicaciones de la enseñanza bíblica concerniente a
Quién debemos dar honra religiosa.
Una vez, cuando hablaba con una católica muy devota que usó la palabra
“venerar”, le pregunté: “¿Cuál cree que es el significado de la palabra
‘venerar’?”. Ella no pudo responder la pregunta. Había usado esta
palabra frecuentemente, pero no sabía su significado. Por ende, la
primera pregunta que debemos responder es: ¿Cuál es el significado de la
palabra “venerar”?
El
Diccionario Conciso de Oxford registra la siguiente definición de “venerar”: [C]onsiderar con
gran respeto,...del latín
venerat-venerari ‘
adorar, reverenciar’” (Pearsall, 2002, p. 1590, énfasis añadido). El
Diccionario Webster da las siguientes definiciones para “venerar”:
adorar,
reverenciar..., mirar con sentimiento de profundo respeto; considerar como venerable;
reverenciar” (1964, p. 1616, énfasis añadido). El
Diccionario Espasa de Sinónimos y Antónimos lista los siguientes sinónimos (entre otros) para la palabra “venerar”:
adorar, honrar, reverenciar,
idolatrar, exaltar, etc. (1996). Finalmente, el
Diccionario Cofrade del catolicismo señala la siguiente definición para la palabra “venerar”: “
Adorar a Dios, a los Santos y a las cosas sagradas” (2005, énfasis añadido).
A través de la etimología y sinonimia, podemos ver claramente que un
significado principal de la palabra “venerar” es simplemente “adorar o
reverenciar”. Adicionalmente, note que el
Diccionario Cofrade
del catolicismo aplica la palabra “venerar” a Dios y a las “cosas
sagradas”. Por tanto, cuando el partidario del catolicismo insiste,
“Nosotros no adoramos, sólo veneramos”, él está realmente confirmando
que los católicos adoran imágenes de la misma manera que adoran a Dios.
Lo cierto es que se ha sustituido
deliberadamente la
palabra “adorar” por “venerar” para excusar la práctica politeísta del
catolicismo. Ya que muchos no están familiarizados con el significado de
la palabra “venerar”, esta palabra ha llegado a ser un argumento
principal en defensa de la iconografía religiosa. Pero si el partidario
del catolicismo solamente abriera su diccionario y mirara el significado
de la palabra que usa tan fortuitamente, su argumento favorito pronto
desaparecería como la neblina de la mañana al levantarse el Sol en un
día de verano. De hecho, la misma etimología y uso correcto de la
palabra “venerar” expone el error de la iconografía. Nosotros estamos
completamente de acuerdo en que los católicos “sólo veneran” (i.e.,
adoran).
¿Pero qué acerca de respetar a las imágenes? ¿Son las imágenes de los
supuestos “santos” y los objetos “sagrados” dignas de respeto? ¿Qué dice
la Biblia? Al hablar de las imágenes hechas con propósitos religiosos,
Éxodo 20:5 advierte: “No te inclinarás a ellas, ni las honrarás [i.e.,
no les mostrarás cualquier tipo de respeto, servicio o adoración]” (cf. 1
Juan 5:21). A pesar de la advertencia divina, algunos en la comunidad
católica insisten: “[S]i alguien se arrodilla simplemente haciéndolo
como un gesto de respeto o cariño,
no tiene nada de malo”
(Zavala, 2000, énfasis añadido). Parece que algunos partidarios de las
imágenes religiosas leen el versículo de esta manera: “No te inclinaras a
ellas, excepto
para brindarles respeto y cariño”. Sin
embargo, ¡tal enunciado no se encuentra en la Biblia! Dios condena hacer
imágenes con el propósito de “veneración”, reverencia, respeto o cariño
religioso.
En el fondo, ¿a quién creeremos? ¿Creeremos a Dios quien nos dice, “No
te inclinarás delante de las imágenes”, o a gente religiosa que nos
dice, “No tiene nada de malo”? En el principio, Dios advirtió: “[P]orque
el día que de él comiereis, ciertamente morirás” (Génesis 2:17). Pero
la serpiente dijo a la mujer: “No moriréis” (Génesis 3:4). Todo
estudiante de la Biblia sabe muy bien lo que le pasó a la primera pareja
humana que escuchó la voz de la serpiente que le garantizaba que todo
saldría bien. Muchos religiosos modernos deberían tomar en serio el
mandamiento divino en cuanto a Quién debemos obedecer, ya que
¡desobedecer los mandamientos de Dios tiene
mucho de malo!
“¡IMÁGENES SÍ, ÍDOLOS NO!”
En un sitio Web dedicado a la apologética católica, bajo el título
“Imágenes Sí, Ídolos No”, encontramos la siguiente declaración enfática:
“Los católicos no tenemos ‘ídolos’ como los pueblos paganos antiguos, SINO SOLAMENTE TENEMOS IMÁGENES”
(Rojas, 2000, mayúsculas en original). Con esta declaración se proponen
dos cosas: (1) La “veneración” de imágenes católicas no es idolatría; y
(2) existe diferencia entre un ídolo y una imagen. Ya que hemos visto
que la primera proposición es errónea, i.e., la “veneración” de imágenes
católicas realmente es adoración, enfocaremos nuestra atención en la
segunda proposición: ¿Existe diferencia entre un ídolo y una imagen?
El
Diccionario Conciso de Oxford sugiere las siguientes
definiciones (entre otras) para “imagen”: (1) “una representación de la
forma externa de una persona o cosa en el arte; (2) una impresión
visible que se obtiene por medio de una cámara, telescopio u otro
artefacto; (3) una persona o cosa que se parece mucho a otra; (4) una
semejanza; o (5)
un ídolo” (Pearsall, 2002, p. 708, énfasis añadido). Al definir la palabra “ídolo”, el mismo diccionario señala lo siguiente: (1) “
una imagen
o representación de un dios que se usa como un objeto de adoración; y
(2) un objeto de adulación” (p. 706, énfasis añadido). Existen algunas
diferencias entre una imagen y un ídolo. Una imagen puede ser una
fotografía, un retrato, una comparación, una figura en la televisión o
una pieza de arte. Sin embargo, es importante notar que una imagen
también puede ser un objeto de adoración (i.e., un ídolo).
Algunos (que tienen buenas intenciones) argumentan que “todas la
imágenes son ídolos”. Pero si este es el caso, entonces se pudiera
acusar prácticamente a todos de ser idólatras, ya que la mayoría de
personas tiene al menos una fotografía de alguien en su billetera,
cartera o en su pared. Teóricamente, se pudiera acusar a Dios de
“idólatra”, ya que Él hizo al hombre a “imagen y semejanza” Suya
(Génesis 1:26-27). Pero este no es un argumento legítimo. En realidad,
algunas imágenes son ídolos. La persona que desea agradar a Dios debe
examinar las Escrituras cuidadosamente para determinar qué imágenes
(ídolos) debe rechazar. Veamos la enseñanza bíblica concerniente a los
ídolos.
Un ídolo es cualquier imagen a la cual se brinda reverencia y honra religiosa
Éxodo 20:4-5 dice: “No te harás
imagen,
ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No
te inclinarás a ellas, ni las honrarás”
(énfasis añadido). Muchas veces, el partidario de la iconografía
religiosa argumenta que las imágenes que el catolicismo promueve no son
ídolos, ya que no representan a dioses paganos, sino a personas
“santas”, y, en algunos casos, al Dios verdadero (vea Rojas, 2000). Sin
embargo, el texto en Éxodo no apoya tal argumento. Dios condena
cualquier imagen
(sea de un dios pagano o del Hijo encarnado de Dios) hecha con motivo
de adoración u honra religiosa (cf. Hechos 17:24-25,29). Dios se aseguró
que no lleguemos a tales interpretaciones erróneas al decir: “No te
harás imagen...de lo que esté arriba en los cielos...ni abajo en la
tierra...ni en las aguas debajo de la tierra”. Entonces, la pregunta
llega a ser, ¿qué imagen, diseñada con motivo de adoración u honra
religiosa, no estaría limitada por estos parámetros? ¿Son las imágenes
católicas, las cuales son “veneradas” y honradas, representaciones de lo
que está en el cielo, tierra, agua o debajo de la tierra?
Un ídolo es cualquier imagen que no merece la honra religiosa que se le brinda
Cuando el diablo tentó a Jesús en el desierto, le dijo: “Todo esto te
daré, si postrado me adorares” (Mateo 4:9). A esta tentación, Jesús
respondió: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (4:10). Con
este enunciado singular y escritural, Jesús clarificó al enemigo de los
cristianos que solo un Ser merecía tal consideración y adoración. El
punto de Jesús no fue que el diablo no merecía adoración por lo que
era (i.e., un espíritu malo condenado al infierno), sino Su punto fue que el diablo no merecía adoración por lo que
no era (i.e., el Dios soberano sobre toda la creación).
Algunas personas piensan que Jesús condena la adoración dirigida al
diablo simplemente porque el diablo es intrínsecamente malévolo, pero
que autoriza la adoración a seres “benévolos” (aunque no sean divinos).
Pero la verdad es que solamente Dios merece adoración (cf. Isaías 42:8).
¿Son divinas las imágenes del catolicismo? ¿Merecen honra y adoración?
¡Absolutamente no! Cuando alguien se postra delante de estas imágenes,
acepta obedecer voluntariamente el requerimiento de adoración del
tentador.
Un ídolo es cualquier imagen honrada religiosamente que no puede corresponder tal honra
El libro de 1 Reyes narra una de las historias más interesantes del
Antiguo Testamento concerniente a los ídolos. Aquí Elías retó a los
profetas de un dios antiguo, Baal, a dar una demostración del “poder” de
su dios. El reto consistía en preparar un altar, cortar un buey en
pedazos, colocarlo sobre la leña y luego invocar a su dios para que
enviara fuego del cielo y consumiera la ofrenda. El reto fue aceptado.
Luego, “ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e
invocaron hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero
no había voz, ni quien respondiese;
entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho”
(1 Reyes 18:26, énfasis añadido). Ciertamente ellos adoraron, pero Baal
no pudo responder, simplemente porque no era Dios. Por otra parte, Elías
preparó un altar y un sacrificio, los empapó completamente con agua, y
oró a Dios Todopoderoso. Dios instantáneamente envió fuego del cielo que
no solamente consumió el altar y la ofrenda, sino “aun lamió el agua”
alrededor del altar (1 Reyes 18:30-38).
Los defensores del catolicismo argumentan que sus imágenes sí hacen
milagros (vea Cruz, 1993; Nickell, 1999), pero, ¿dónde está la evidencia
de sus “milagros”? ¿Por qué los hacen “en secreto” y solamente para
aquellos que profesan el catolicismo? ¿Por qué no demuestran su
“grandeza”, como se demostró la grandeza de Dios cuando Él envió fuego
del cielo? Si alguien hubiera preguntado a los profetas de Baal si su
dios hacía milagros o podía enviar fuego del cielo, ¿qué hubieran
respondido? Hubieran dicho, “Sí”. Por esta razón aceptaron el reto y
suplicaron a su dios saltando cerca del altar. Pero Baal no podía
realizar un milagro. ¿Pueden hoy las imágenes religiosas realizar
milagros? Antes no pudieron hacerlo, y la situación no ha cambiado.
Un ídolo es cualquier imagen honrada religiosamente que no puede hacer nada
En uno de los pasajes bíblicos más ilustrativos en cuanto a los ídolos, el salmista escribió:
Los ídolos de ellos son oro y plata, obra de mano de hombres. Tienen
boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven; orejas tienen, mas no
oyen; tienen narices, mas no huelen; manos tienen, mas no palpan; tienen
pies, mas no andan; no hablan con su garganta. Semejante a ellos son
los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos (Salmos 115:4-8).
¿Qué más se podría decir? Esta parece ser una descripción exacta de las
imágenes que se hacen hoy con fines religiosos. ¿Pueden las imágenes
del catolicismo lograr algo más que las imágenes que el salmista
describió? ¿Pueden reparar sus narices rotas después de haber sido
golpeadas por la pelota de algún niño? ¿Pueden limpiar su polvo, retocar
su pintura o recoger el dinero que se les pone delante? ¿No les prenden
velas porque las imágenes no pueden hacerlo por sí mismas? Y ¿no se las
apagan porque las imágenes, aunque tienen bocas, no pueden soplarlas?
¿No les hacen procesiones y les cargan alrededor de la ciudad ya que las
imágenes, aunque tienen pies, no pueden caminar o incluso tomar el
primer autobús público? ¿Qué diferencia hay entre los ídolos del Salmo
115 y las supuestas imágenes “inofensivas” del catolicismo?
Un ídolo es cualquier imagen honrada religiosamente que degrada el concepto de la Divinidad
Los partidarios de la iconografía religiosa pueden continuar
argumentando que sus imágenes no son ídolos porque no son
representaciones de dioses falsos, sino de personas “santas” y del Dios
verdadero. Pero ya hemos visto que estas imágenes también calzan en la
categoría de ídolos.
Se debe enfatizar otro punto importante. Al hablar a los atenienses, Pablo les exhortó: “Siendo, pues, linaje de Dios,
no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres”
(Hechos 17:29, énfasis añadido). Dios no desea ser representado por
conductos materiales y por imaginación de hombres. Dios desea que
nosotros, como Su linaje, entendamos este hecho importante: No existe
nada en este mundo—oro, plata o alguna otra cosa—que pueda compararse a
Dios. Representar Su naturaleza por medios materiales es minimizar Su
grandeza. Jesús también aseveró: “A Dios nadie le vio jamás” (Juan
1:18). Si nadie le vio jamás, ¿quién podría hacer una representación
fidedigna de Él? ¡Esa clase de imaginación solo puede ser posible en
mentes infestadas de paganismo!
Hay muchas imágenes—expresadas en fotografías de seres queridos, en el arte, en billetes de $50 o $100, etc.—que Dios
no
condena. Pero hay muchas otras que están proyectadas a ser
representaciones “dignas” de la honra que se le debe solamente a Dios.
Los cristianos fieles deben guardarse de los ídolos (1 Juan 5:21).
REFERENCIAS
Cruz, Joan C. (1993),
Imágenes Milagrosas de Nuestra Señora: 100
Estatuas y Retratos Católicos Famosos [Miraculous Images of Our Lady:
100 Famous Catholic Status and Portraits] (Rockford, IL: Tan Books).
Diccionario Cofrade (2005), [En-línea], URL: http://es.catholic.net/ comunicadorescatolicos/530/1225/ articulo.php?id=16946.
Diccionario de Sinónimos y Antónimos Espasa (1996), (Espasa Calpe, S.A.; Microsoft Corporation).
Diccionario Webster del Nuevo Mundo del Lenguaje Americano [Webster’s New World Dictionary of the American Language] (1964), (Nueva York: The World Publishing Company).
Nickell, Joe (1998),
En Busca de un Milagro: Íconos que Lloran,
Reliquias, Estigmas, Visiones y Sanidades [Looking for a Miracle:
Weeping Icons, Relics, Stigmata, Visions & Healing Cures] (Amherst, NY: Prometheus Books).
O’Brien, Thomas, ed. (1901),
Un Catecismo Avanzado de la Fe y Práctica Católica [An Advanced Catechism of Catholic Faith and Practice] (Nueva York: D.H. McBride & Company).
Pearsall, Judy, ed. (2002),
Diccionario Inglés Conciso Oxford [
Concise Oxford English Dictionary] (Oxford, NY: Oxford University Press).
Porvaznik, Phil (2007), “Un Estudio sobre Difamaciones Católicas” [“A Case Study in Catholic Bashing”], [En-línea], URL: http://www.bringyou.to/apologetics/num4.htm.
Rojas, Guido (2000), “Ídolos e Imágenes Sagradas”, [En-línea], URL: http://defiendetufe.org/imagenes_e_idolos.htm.
Zavala, Martín (2000), “Imágenes e Ídolos”, [En-línea], URL: http://www.defiendetufe.org/idolos.htm.