En el cristianismo evangélico existen dos posturas sobre los dones del Espíritu Santo, una que cree en la continuación de dichas manifestaciones y otra que dice han cesado. El cesasionismo es una expresión que surge en la reforma como una reacción a la milagrería del catolicismo romano, con el fin de frenar las enseñanzas sobre reliquias, aparicionismos y otras supercherías, algunos reformadores dijeron que las manifestaciones del Espíritu Santo ya no eran necesarias puesto que ya teníamos las escrituras y esto era suficiente, Mucho después el teólogo B.B. Warfield en un celo por la postura cesasionista atacaría el continuismo en sus escritos que hoy ha prevalecido en algunas denominaciones fundamentalistas y otras reformadas.
En realidad los que somos continuistas no negamos que las escrituras son suficientes en asuntos de fe y conducta, al contrario afirmamos tal verdad y precisamente las escrituras apelan a la vigencia de los dones, dando instrucciones a anhelar los mejores dones, a no prohibir hablar en lenguas, a sobre todo que profeticemos, tan solo basta leer la epístola de Corintios, todo un instructivo sobre como operar en los dones o carismas del Espíritu de Dios. También he visto evidencias fehacientes de milagros y sanidades en el ministerio que Dios me ha dejado servir y por la gracia de Dios que me ha permitido creer las Escritura he experimentado el poder de Dios en mi vida de aquellos que me rodean.
Afirmando nuestras creencias, la palabra de Dios dice en Hebreos 13:8 que Jesús es el mismo ayer y hoy y siempre. En ningún momento las escrituras dicen que el ha dejado de obrar en medio nuestro, en Juan 14:12 dice que nosotros aun mayores obras que él haríamos, hablando del poder de Dios desplegado a lo largo del cuerpo de Cristo. La biblia en efecto no se pronuncian por la cesasión de los dones, al menos no hasta que Jesucristo regrese cuando le tendremos a él en persona cara a cara, realidad presente y tangible en la que no los necesitaremos más al estar en una realidad espiritual manifestada en todo sentido visible en los Cielos y la Tierra, la historia de la Iglesia también es otro testimonio que los dones siguen aun vigentes.
Queremos con esta entrada invitarles a una defensa bíblica de los dones presentada por el hermano Luis Jovel, quien está escribiendo una serie de artículos defendiendo la posición bíblica de la continuación de los dones del Espíritu Santo:
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